Una frase cliché alusiva a la comuna-puerto de Talcahuano es la de “Primer puerto militar, industrial y pesquero de Chile “ ¿No cierto? Y aunque en el mundo pencopolitano hoy tenga fama de ser aspirante a ciudad turística-costera (tras largas décadas de abandono), en rigor tiene dos realidades. En reiteradas oportunidades hemos mencionado y descrito el puerto en sí, con su centro, su plaza, los cerros y más de alguna picada donde degustar pescados fritos. Pero bien dirían los académicos especializados en historia naval, el lugar está conformado por dos ciudades. ¿Cuál sería la otra? La Base Naval pues.
Talcahuano es también conocida por ser uno de los enclaves de la Armada en Chile, y sobre todo porque su punto turístico más importante se encuentra adentro de dicho recinto como es “El Buque Huascar” (Barco peruano protagonista en la Guerra del Pacífico, hoy un concurrido museo flotante).
La Base Naval es un sector privado administrado por dicha institución naval, y su acceso es totalmente restringido. Ocupa el sector nor-oriente de Talcahuano, o bien una parte de la Península de Tumbes, aunque se dice también que algunos marinos suelen monitorear la costa poniente (Sector La Cantera). En definitiva, son 789 hectáreas que pertenecen a la Armada. Esto se suma a la Isla Quiriquina, pedazo de tierra distante a 11 kilómetros de Talcahuano (vía navegable) y con una superficie de 4,86 km², también administrada por la rama militar.
En resumen podemos decir que ese sector está conformado por diversas unidades o secciones: oficinas navales de rango zonal, el astillero de ASMAR, el ya mencionado Buque Huáscar, algunos servicios prestados para funcionarios de la Armada, centros de entrenamiento y hasta viviendas. Es por eso que en comparación con el Talcahuano de libre tránsito, este lugar (en cuestión) es considerado como otra ciudad.
Hay cuatro contextos en que un civil cualquiera podría recorrer el interior de esta Base Naval (Siempre con el previo permiso de los vigilantes).
El Huascar. Decíamos que este museo flotante (Un barco peruano que combatió en la Guerra del Pacífico) está abierto al público, y por ende es un punto turístico muy visitado a escala regional. ¡Bien! Aunque el visitante pague su entrada en la portería, con tal de conocerlo, la Armada dispone de un recorrido puntual y específico donde los transeúntes deben caminar. Pues al ingresar deberá caminar sólo unos pasos por la costanera colindante con el mar, hasta dar con un rincón donde es posible ver marineros cargando cuerdas para transportar a los turistas mediante lanchas de fondo plano.
Este tipo de pequeñas embarcaciones conectan el barco con tierra firma. Los turistas esperan que esas lanchas estén desocupadas para así llevar personas al Huascar. En realidad son sólo unos metros los que se navegan, cruzando las aguas. Allí habrán 4,3 o 2 marinos cargando las cuerdas puestas allí para transportar a la gente. Y en la plataforma plana cabrán máximo unas 15-20 personas.
Como es de suponer, es hasta ese punto de embarcación el punto máximo permitido para que personas sin vínculo con la Armada conozcan el interior de la Base Naval.
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Astilleros de ASMAR. Otro punto donde existiese alguna probabilidad de ingresar a la Base Naval es para llegar al sector del astillero, un punto para el mantenimiento o construcción de buques. Aunque el ingreso a este lugar deberá ser evidentemente justificado, y en caso que se le permita el ingreso recibirá (durante su estadía) una credencial. Las personas que llegan allá son en su mayoría ingenieros o técnicos vinculados con el área, periodistas ejerciendo en medios (Cuando se realiza alguna ceremonia), y por supuesto personas vinculadas con la Armada.
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El antiguo recorrido de los taxibuses Talcahuano-Tumbes.
Era 2014 cuando la línea de taxibuses Via Lactea crea un nuevo recorrido hacia Caleta Tumbes, incluso para viajar directamente desde Concepción y Chiguayante (Donde queda ubicado el terminal). Sin embargo, antes no habían micros que hicieran viajes desde el centro penquista hacia dicha caleta. Si nos remontamos varios años atrás (Como mas o menos en el 2003), los choreros recordarán que desde esa localidad sólo había transporte público con destino al puerto de Talcahuano.
En ese tiempo habían dos flotas que realizaban dicho recorrido, pero por el momento sólo tomaremos en cuenta una variante de la Flota Buses “Base Naval”, que como su nombre lo indica fue creada en otro tiempo por la Armada en Talcahuano. Aunque esta línea de taxibuses también tiene su recorrido hasta Concepción, contaban además con una variante comunal hacia Tumbes y con la gracia de que era la única micro que entraba por la Base Naval sin detenerse adentro (allí nadie subía y nadie bajaba).
Haremos un paréntesis. Algo parecido ocurre hoy con el bus que hace viajes largos, como el que conecta Osorno con Punta Arenas (Pasando por Argentina). Si bien en este trayecto terrestre deberá transitar por suelo de un país vecino, no deja ni busca pasajeros allá aunque por convenios con la flota de buses se detienen en un punto específico por viaje para que los pasajeros con su propia plata puedan matar el hambre.
Algo parecido ocurre con los buses Base Naval, pasando por el recinto naval. Cuando la máquina entra por el portón de la Armada, sigue directo hasta una subida de cerro propia que tienen los marinos. Apenas se pega el pique hacia lo alto es posible ver desde la ventana (a lo lejos claro) los astilleros de ASMAR. Luego el viaje continúa por largas y pronunciadas curvas hasta dar con el otro acceso que está arriba (en la punta del cerro), donde por cierto también están el Hospital Naval y un conjunto residencial bastante acomodado.
Sobre este último punto, población que también puede verse desde fuera por el sector “Las Canchas”, sería sin dudo uno de los puntos mas acomodados en toda la comuna de Talcahuano. Se dice que varios de los altos mandos de la Armada tendrían residencia allí, ¡y claro! Como el predio es constantemente vigilado por los mismos marinos..la delincuencia jamás será preocupación.
Ya saliendo de la Base Naval, el bus seguía ya en camino público dentro del sector Las Canchas en dirección a la turística Caleta Tumbes.
Está demás decir que desde que la flota chiguayantina “Via Lactea” creó en 2014 este inédito recorrido hacia la caleta, esas otras micros no pasan por el interior de la Base Naval.
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El privilegio de tener familiares en barrios residenciales navales. Si en Santiago de repente hay barrios cuicos (En el sector oriente) donde a ratos los delincuentes tienen la fortuna de asaltar o entrar a robar, hay un punto mucho más seguro que ese. Aunque no lo crean.
Si dijimos que en Las Canchas (Talcahuano) hay un barrio naval acomodado y al frente del hospital, cerca ahí en el mismo sector hay otros barrios que también se ubican dentro de la denominada “Zona naval” aunque allí viven marineros de bajo rango, gente que pertenece allí pero sin grados de poder. Tenemos el caso de la Villa Almirante Señoret.
En caso de que algún familiar tuyo sea uno de ellos (un marino), o bien eres pariente de algún cónyuge (espos@), tu tienes la dicha de entrar a esa población claro que previo aviso al vigilante del lugar. Si, como lo lees, el ingreso cuenta con una caseta de guardia igual que en un barrio cuico (Como en Camino El Venado, San Pedro de la Paz). Hablas con el marinero, avisas que en tal pasaje o callejón vive un pariente….dando su nombre, éste revisa y previo comunicado con citófono...te puede dejar entrar.
Ya adentro, notas que muchos de los pasajes o callejones están hechos con un tipo de pavimento diferente, incluso con adoquines o arterias ripias. A simple vista notas que allí son casas de un piso (en realidad son de dos), con un pequeño antejardín, un rincón donde guardar tu vehículo al ladito de la puerta de entrada, aunque con lo peligrosa que se ha puesto nuestra sociedad con todo el tema de la inseguridad...es en verdad reconfortante vivir aquí, sobre todo porque estás aislado de los ruidos molestos (Te sientes tranquilo).
Al interior vemos que las casas están conformadas por un comedor en la entrada, al fondo el living, en el primer piso está el baño y la cocina ¿cierto?, mientras que el segundo piso está conformado por dormitorios. El silencio es realmente acogedor, y como todos allí son marinos...todos los vecinos son tranquilos. Es un barrio ordenado. Recuerda que todo es vigilado por la misma Armada. Bueno que en el camino principal tampoco se ve un alto flujo de vehículos, mucho menos en fines de semana.
Y mediante pláticas con el pariente marinero, surgen dos anécdotas. El primer tema de conversación apunta al Sistema Previsional de Salud. ¿No cierto que afuera en el mundo civil (normal), siempre se habla de que las Fuerzas Armadas tienen el mejor sistema previsional de Chile? Allí entra el debate de las AFP, o bien de las diferencias entre salud privada y pública. El tipico discurso de la izquierda cuando protesta porque las ramas del Ejército tienen el mejor trato en ese tema, y luego viene la caricatura de que el Carabinero con 25 años de edad vive mejor que un profesional recién titulado de la U. Y toda la cosa. ¡Cuento corto! El primo te confiesa que la salud para funcionarios de la Armada no es tan perfecto “como lo pintan”. Si te tienen harta confianza, te sueltan una desahogada de horas que hasta amerita una rica once en la mesa. Se pasa bien igual platicando.
También te cuentan otra anécdota. Muchos de quienes viven en este barrio naval en Talcahuano vivieron posiblemente en otros puntos semejantes en otras regiones (Las Salinas, en Viña del Mar). Claro, cuando la Armada los traslada a otra ciudad simplemente les asegura la casa. ¿El sueño del pibe? Quien sabe. Pero allí además te cuentan que en ese otro barrio viñamarino no existe la restricción que hay acá, si tuvieras que ir a visitarlos allá….simplemente tomas la micro, buscas la dirección, golpeas la puerta ¡y listo!
Para terminar, daremos a conocer la última anécdota que allí te relatan. Bien sabemos que los marinos suelen manejar información que no siempre se difunde en el mundo civil, a no ser que en X (Twitter) sigas cuentas de republicanos y ultraderechistas, allí no tienen tabú para contarte lo que hay detrás de algunos eventos musicales y evidentemente también su supuesta relación con el “microtráfico”...a diferencia de lo que pudiera pasar afuera donde al preguntar quienes “la llevan” muchos se hacen los desentendidos y te dejan solo. Allá con total libertad te dan datos sobre eventos masivos como “Lollapalloza”, o la lógica de las fachadas. En un país libre y democrático como Chile, cada quien saca sus conclusiones. Pero esas mismas miradas son las que difunden influencers de derecha a través de Redes Sociales, sobre todo de la letra chica que tendría la izquierda (según su punto de vista) para aplicar o ejercer ciertas doctrinas en el mundo político.
Y si lo pasaste bien con el primo, no te vayas de su casa sin golosearte una rica once puesta en la mesa. El plato con palta, el pan francés, el cafecito, el queso, el plato con tomate picado, un berlín (Como que no quiere la cosa), etc. Allá la señal de la radio es perfecta, pues recuerda que este barrio se ubica en medio del cerro en Talcahuano por lo que es bien raro que allí haya interferencia. Al irte de ese lugar en el atardecer, la temperatura baja bruscamente pasado las 20 Horas (Aprovecha el viento que es realmente energético). ¿Un último detalle? Son evangélicos.
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Habremos terminado este relato aquí, sin antes destacar que no todas las personas en nuestro Chile tienen la dicha de conocer la Base Naval. Si usted lo ha visitado alguna vez, y de buena fé quiere relatar en la web como son estas partes, no sea mezquino y compártalo. Aunque existan jerarquías o criterios en el ámbito militar, bien sabemos que el mundo es nuestro y es nuestro derecho recorrerlo...aunque en algunos casos lo hagamos mediante la imaginación. Las humanidades, las letras y la literatura permiten eso también, compartir mediante el relato lugares que están acá en la Región del Bio-Bío.
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