Columna de opinión: El interesante e importante DESAFÍO, llamado "Desincentivo del automóvil"

 

El pasado miércoles 8 de Diciembre del 2021 (durante la noche), el candidato de la coalición Apruebo Dignidad Gabriel Boric fue invitado al programa “Llegó tu hora” (de TVN). Y uno de los puntos que allí se tocó (desde su comando) fue el de desincentivar gradualmente el uso del automóvil en las ciudades, a cambio de fortalecer el Sistema de Transporte Público (como alternativa en desplazamiento para las personas).           

Aunque los periodistas en realidad le plantearon otro asunto, como lo es el alza de los combustibles que desde el año 1985 (y hasta hoy) sigue siendo un dolor de cabeza para muchas personas. Ambas cosas responden a fenómenos actuales que hoy se perciben desde que salimos a la calle ¿¡No cierto!? Aunque lo del desincentivo al automóvil responde a diversas situaciones (de las que no siempre se quiere acentuar), como el aumento del parque automotriz (o el alto flujo de autos hasta altas horas de la noche) o el aumento de los ruidos molestos. Ambas cosas suelen entorpecer la convivencia y el equilibrio en las ciudades. No olviden que Boric también le está poniendo énfasis en su campaña a la salud mental (así también de mencionar, que hoy el aumento de dotación policial solamente se ve en los barrios acomodados de una ciudad).           

No podemos negar que dentro de los millones de chilenos que cuentan con su autito muchos son prudentes a la hora de tener uno, a lo mejor porque quieren cuidar su bencina (algo que está super bien) y manejarlo solamente para ir a trabajar.  Pero existen otras personas que alimentan su flojera, o simplemente estimulan su afán de presumir en el barrio donde viven, ha habido casos de uso totalmente irresponsables lo que (por consiguiente) ha gatillado ciertas dudas, y todo porque la urbe debe lidiar directa o indirectamente con los caprichos egoístas de los “Tuerca-lovers”. Así en otra oportunidad dijimos que la letra chica (de ostentar el auto) era enfrentarse a los otros gastos secundarios, y eso también es un argumento encubierto de quienes dirigen los medios de transporte ya que actualmente hay servicios que no corren todos los días (Por ejemplo, el Biotrén con destino a Coronel casi no hace viajes los dias domingo…y quizás los directivos se basan en que la gente “tiene auto”, por intentar dar con alguna explicación).    

El asunto, y entendiendo con humildad que en un país libre cada quien puede hacer lo que se le de la reverenda gana, nos percatamos de otra cosa. El aumento de la población automotriz en una ciudad genera varias incomodidades. Finalmente hay un minuto en que el materialismo empieza a perjudicar al vecino de al lado, a alguien que no es tan ostentador como “el badulaque con suerte” pero quien debe lidiar con el motor, con el ruido de la correa interna, con los bocinazos, los frenazos y hasta la música (puesta a todo volumen-) que el conductor pone en la radio. Pero dejemos en claro, que del millón o de los 2 millones de conductores ¡no todos son “unos locos” tampoco!        

La idea de Gabriel Boric es genial, y bienvenido todo proyecto que estimule el auge del transporte público. Pero no podemos negar que poner ambas cosas en la balanza (libertad de comprar el auto v/s. bajar el flujo de vehículos con alguna restricción) ¡tampoco es fácil! Si es necesario hacer trabajos intelectuales o prácticos a largo plazo, ¡bienvenido sea!   

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