Relatos del recuerdo: Director José Anguita Mella, el profe que valoraba a cada alumno en el Cuadro de Honor (Año 2004)

 

Foto del Liceo Pencopolitano, año 2004.
Fotografía tomada con cámara analógica
(Conocida también como "cámara con rollos").

LICEO PENCOPOLITANO (Penco)

En ese año en que los tenistas chilenos Fernando González y Nicolas Massú ganaron la medalla de oro en el año 2004 (para los JUEGOS OLÍMPICOS DE ATENAS), fue un acontecimiento que sin duda marcó el logro más importante de todo el deporte chileno ¡Sin duda!       

Quienes cursábamos la media en ese tiempo nos quedábamos pegados con canciones del Ragga, promocionadas por un programa de la tele llamado “Mekano” cada tarde ¿¡Se acuerdan!?

Bueno, algo muy lindo pasó en torno a la hazaña deportiva en el Hall del Liceo Pencopolitano. 

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Mural del Liceo B-40 (2022), en el patio 

En ese tiempo era director del establecimiento el Sr. José Anguita Mella, quien cada cierto tiempo colocaba unos afiches en el hall del liceo. Sin duda quienes tuvimos la oportunidad de conocer al director podemos decir que fue un hombre simpático y “buena onda”, era de esos caballeros que no necesitaba mostrar temperamento alguno para hacer notar su autoridad. O sea, fue un profesor respetado pero nunca tuvo un momento de “enfado” o haya retado a algún compañero como suelen hacerlo otros directores.

El director Anguita junto con su señora
(Foto actual)

¡En fin! Los recuerdos del director Anguita son tan bellos que tenía la disposición de motivar a los alumnos para que se superen cada vez mas. Dias después de la hazaña en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 colocaba afiches donde hacia la siguiente invitación a los alumnos, agregando la frase “Nada es imposible”. Pedía que cada uno de nosotros viéramos las medallas de Oro como un ejemplo de perseverancia y superación, porque así como estos dos tenistas chilenos lograron algo que ningun otro deportista consiguió en las olimpiadas anteriores….hacía el llamado a que nada es imposible al momento de luchar por los sueños de cada uno. Que aun en la condición en que estemos cada uno siempre encontrábamos un espacio para poder escalar socialmente, ¡y claro! en el liceo teníamos mas posibilidades de aspirar a algún futuro mas digno (Aunque con los años ya siendo adultos nos daríamos cuenta que a veces mucho esfuerzo no trae la recompensa merecida, pero ¡se ha hecho el intento por lo menos!).

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Hay otra cosa a destacar en la gestión motivacional del director Anguita. Y esto pasaba desde cuando cursábamos primero a cuarto medio (en toda la enseñanza media). Terminaba un semestre, y en el Hall del liceo habían cartulinas con los nombres de estudiantes destacados. ¡Así es! Habia un listado de los mejores promedios por curso, había otro listado con alumnos que se destacaban en el área extraprogramatica, en el area cultural, en el area deportiva, en el area social (voluntariados con la Cruz Roja), etc. Y esas cosas claramente motivaban al alumno para ser aporte en el establecimiento.

El hall del liceo  
(Foto actual)

Claro, quienes después tuvimos la oportunidad de continuar en la universidad y quizás producto de la envidia entre pares….o de cómo por ser uno mismo no suele ser atractivo para los profesores (Bajo la lógica del “Arreglártelas solo”)….uno empieza a echar de menos esos detalles, esos lindos detalles de que en tu colegio te destacaban en el Cuadro de Honor por muy mínimo que sea tu aporte.   

Esos son los profesores que se necesitan en Chile, y mejor aun si la voluntad viene de un director. De valorar lo bueno…..de cada estudiante. 

¡Ya! Y......¿Qué más tenemos del liceo?

El valor histórico del Liceo Pencopolitano (Redactado en el año 2014)