PERSONA EN SITUACIÓN DE CALLE: ¡OJO con el ermitaño del sitio donde antes funcionaba el Restaurante LOS AÑOS LOCOS!!! (Playa de PENCO)

En este lugar funcionaba el Restaurant Los Años Locos
hasta la década de los 90´s
(La cara fea de la Playa de Penco)

En los últimos siete (7) años la Playa de Penco ha cambiado su rostro, hasta convertirse en uno de los puntos mas visitados en cada temporada de verano ¿¡No es así!? Bueno, eso ya es cuento viejo y conocido. Sin embargo, hasta el día de hoy sigue mostrando un lunar "feo" como lo es la propiedad donde funcionó hasta los años 90´s el aun recordado Restaurant Los Años Locos (Hoy un sitio abandonado, donde en parte de sus rincones vive una ermitaña). Si este lugar sigue pese a lo hermosa que se ve la playa, la razón es simple y se debe a que ni el municipio ni el Estado pueden intervenir en un sitio que (nos guste o no) tiene un propietario legal.     

UN HOMBRE EN SITUACIÓN DE CALLE PASA SUS NOCHES EN LA PARTE MAS HÚMEDA Y OSCURA DE ESTA PROPIEDAD (Frente al mar)

El asunto es que en esta propiedad se encuentran viviendo dos ermitaños, aunque cada uno hace su mundo aquí. En el rincón norte de esta fachada (en el segundo piso) vemos que vive allí una mujer quien ocupó posiblemente la cocina de lo que fuera el entonces restaurant como habitación, quienes caminan a la playa notan que allí alguien pone la música a todo "volúmen". ¡Esa no es la parte preocupante en todo caso! Pues en tiempos de la Pandemia hay otra persona, un hombre de aproximadamente 50 años quien ocupó el primer piso subterraneo de este sitio (el sitio húmedo que da vista al mar) para instalar una cama de dos pisos y unas cajas que las usa como mueble, allí pasa todas sus noches. 

Desde febrero pasado lo vemos apoderándose de un pedazo totalmente húmedo, con piso netamente de tierra y.....¡Ya habrán pasado unos dos meses! Se desconoce (para quienes tenemos 30 años) que fue de ese lugar, acaso una terraza inferior o subterránea al tremendo restaurante que alguna vez funcionó. Es incómodo instalarse allí, totalmente indigno, no se necesita entrar para darse cuenta de la hediondez que se siente, ya sea por el olor a orina, por el olor a alcohol (ya que en otro tiempo dos jovenes se escondían alli para beber cerveza) o incluso por la humeda post-lluvia, pues suele llover en el momento menos pensado y suelen crecer hongos en los rincones de esta....."guarida".