Cada
curso de enseñanza media tiene un porcentaje de alumnos estudiosos, como
también otro porcentaje con chicos corrientes, y una muy predominante cantidad
de jóvenes muy desmotivados. Los primeros lugares en calificaciones no solo
terminan su enseñanza media de la forma más destacada, ya que logran entrar a
la universidad e incluso a las tradicionales.
Pero
ocurre que los “mateos” de colegio privado tienen el privilegio de entrar a las
mejores carreras universitarias, porque aparte de su preocupación personal hay
toda una preparación con muy buenos contenidos, en un preuniversitario y con
las materias que ve en clases. Mientras que quienes vengan de liceos
municipalizados, y aun cuando son oriundos de “pueblos chicos”, a lo más optan
por carreras con muy bajo puntaje de corte, aunque la idea tampoco es denostar
a ninguna otra facultad.
Algunos
indican que el ingreso a la Ú mediante el ranking de notas es una forma
democrática para todos los jóvenes chilenos independiente del colegio o del
liceo donde cursen estudios, pero lo que sí es cierto es que apela mucho al
merito personal. Y aunque los movimientos sociales siguen con el ideal de la
“educación gratuita, publica y de calidad” no se puede negar que existen
beneficios económicos, en teoría y es de esperar que el gobierno en esta
materia responda, ya que los mejores alumnos que alcancen excelentes puntajes
podrán optar a becas que le permitan financiar sus estudios, ya la deuda seria
“un cacho menos”.
Con
esto es de esperarse que los secundarios se sientan orgullosos de terminar su
enseñanza media en un liceo municipal.
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