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en momentos de inseguridad
necesité
de tu fuerza,
de tu alegría
de tu simpatía
y de tu bondad
para recuperar el ímpetu,
han pasado años
y ya no somos niños
pero lo bueno
es que dejé de ser débil,
ahora
ya tienes tu vida
y ¿yo?
ya tengo la mía
gracias
por darme la ilusión
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