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domingo, 14 de julio de 2024

Relato: Vendedora ambulante

 

 Una señora que en el centro acostumbraba vender "blue jeans" (pantalones) usados en la calle tuvo problemas con la policía tiempo atrás, razón que la aburrió por estar siempre arrancando de los fiscalizadores. 

Es por eso que tomó la decisión de pescar su mercadería para ponerse a vender en las poblaciones. De primera no le fue fácil porque buscaba un punto donde viera que hubiera harta clientela (un flujo más o menos considerable de gente). 

Así fue que la esforzada mujer se ubicó en la salida de una iglesia evangélica, dado que en el último tiempo muchas personas se suman a una congregación....¿por amor a Dios? ¿por algún interés económico y social encubierto? ¡Vaya a saber uno! Pero sin duda que el protestantismo también está generando algo de influencia política, no por nada hay candidatos que desde esta religión se postulan en elecciones municipales. 

Un día cualquiera. La mujer puso un mantel y su mercadería (o sea, sus pantalones) en la salida de un templo evangélico. Cuando al rato se le acerca un señor de pelo corto, lentes, terno y corbata, era el pastor de ese templo. 

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Pastor:- Buenos días

Mujer:- ¿Quiere llevarse un blue jeans?


Pastor:- No, no es necesario. Puedo entrar a la iglesia con estos pantalones negros tal como me ve. 

Mujer:- Ah. Ya, ¿y que desea?


Pastor:- Mujer, sólo estás perdiendo tu tiempo. Te conviene a ti misma que pesques tus cosas y te retires. 

Mujer:- ¿A ver? ¿Cómo dijo? ¿¡Que weá le pasa!? ¿Ah?


Pastor:- A mi nada. Esta es mi iglesia. Y le vuelvo a decir, que te conviene....que pesques tus cosas y te largues. 

Mujer:- Perdón caballero, pero dejeme decirle que la calle es pública y usted no es dueño que yo sepa!!


Pastor:- Si, pero tú estás afuera de mi iglesia 

Mujer:- Usted mismo lo dijo. Estoy afuera de la iglesia, del portón hacia adentro...yo no estoy. ¿No me ve? Puse mis cosas en la vereda, aquí afuera. 


Pastor:- Te lo vuelvo a decir....no te conviene que estés aquí afuera de la iglesia.

Mujer:- ¡Chaaaa...! Yo sabía ya poh, que detrás de todo ese canutismo había una mafia detrás. Ahora resulta que usted me está amenazando poh' iñor....Poco menos manda aquí a una tropa de matones que vienen volando desde el cielo, y son puros angelitos de la guarda jua ja ja ja! 


Pastor:- Yo no estoy hablando de violencia mujer. Simplemente te digo que no te conviene que estés aquí

Mujer:- Y sigue ¿ah?, ¡cht!...vive puro amenazando. Si ya yo los tengo cachados ya 


Pastor:- Primero que todo cálmate. Si te digo que no te conviene vender tu ropa aquí, es porque económicamente sales perdiendo. 

Mujer:- ¿Perdiendo? Viven puro apitutando a los que antes estaban sin pega, sólo para que se arrodillen ante ustedes. Se aprovechan de la necesidad de los pobres. 


Pastor:- No es por egoísmo, ni por no querer ayudarte. No te conviene ganarte aquí, porque al menos en esta congregación las damas vienen con falda larga.

Mujer:- ¿¡Y los hombres!?


Pastor:- Al menos para las reuniones los hermanos hombres de mi iglesia vienen con pantalones de género. 

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MINUTOS DESPUÉS

La mujer alterada tras la discusión pescó su teléfono móvil y empezó a escribir por Whatsapp. 

Al otro lado le leía y respondía un hombre joven de pelo largo. 


Mujer:-¿Señor?

Jesucristo:- Dime


Mujer:- Oiga flaquito, sabe que ahora en la mañana quise vender ropa usada afuera de tu casa.

Jesucristo:- ¿De mi casa? Jua ja ja!


Mujer:- Si pue, de su casa oiga. No ven que los curas y los pastores siempre dicen que la iglesia es la casa de Dios

Jesucristo:- A ver, ¿con quien tuviste problemas?


Mujer:- Un pastor bien pesado me echó de su templo, quise vender afuera en la calle.

Jesucristo:- Se nota que no lees la Biblia. ¿Recuerdas ese episodio cuando eché a los mercaderes del Templo de Jerusalén? Fue cuando dije que mi casa era un lugar de oración, no un refugio de ladrones.


Mujer:- Si, pero no hay trabajo en Chile.

Jesucristo:- Ah eres chilena


Mujer:- Si

Jesucristo:- Pudiste habérmelo dicho antes. Mira, ¡hagamos algo! Dame los datos del templo donde te complicaron la vida 


Mujer:- Es una iglesia así ¡bien modesta! y en medio de una población de gente "sencilla", con portones en la entrada. En un pueblo de provincia, entre Tongoy y Los Vilos. 

Jesucristo:- Ok. Mira, de aquí a dos horas personal irá al lugar y verá la solución a tu problema.


Mujer:- Eso sí un último favor flaquito.

Jesucristo:- Ya, ¡a ver! ¿Qué pasa? 


Mujer:- Señor, cuando mande a sus ángeles de la guarda....dígales que no le hagan nada al pastor si poh. Si no es un escarmiento lo que quiero en su contra, sólo que me dejen vender ropita usada en la calle no más. ¡Nada más!- 


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