Si hacemos una comparación de como fue la juventud en dos generaciones distintas, podríamos decir que en los años 2003 y 2004 había una inquietud espiritual (Sin importar la religión), quizás cada congregación hizo bien su pega de convocar fieles a sus templos. De manera como católicos hacían eventos (de juegos y música) en vacaciones de invierno, tenemos también al mundo evangélico que hacía entretenidos retiros espirituales en el campo. Hoy en 2023 sorprende el aumento del pensamiento critico en algunos alumnos de enseñanza media (Algo que aparentemente no está mal), pero se llega a un punto en que con completa normalidad se cuestiona la existencia de Dios. Esto no es solo un fenómeno nacional, pues Uruguay que se ha destacado como siempre como el país mas progresista de America Latina sería el lugar “menos canuto” (Varias estadísticas la posicionan como el país con mas ateos del Cono Sur). Y para qué decir de las naciones nórdicas como los Paises Bajos, donde una de sus catedrales (construida hace miles de años) fue convertida en una biblioteca...y se debe a que en las últimas décadas menos gente iba a las misas.
Ahora, la ciencia claramente genera progreso y desarrollo. Pero el ser humano necesita alimentarse espiritualmente, aun con los adelantos que de igual manera son necesarios para la sociedad (incluso acorde a las últimas crisis medioambientales).
Sin embargo, y sin afán de criticar a quienes están decepcionados de la religión, vale explicarse la causa del asunto. Gran parte de quienes alguna vez participaron de los “Catecismos”, pero que con el correr del tiempo se alejaron de la iglesia, se debe a DOS POSIBLES CAUSAS: La hipocresía de quienes constantemente participan de las religiones, y también de los ritos (o dogmas) con que predicadores pretenden difundir la fe. No nos olvidemos que en todo el cristianismo (Con todas las iglesias o religiones que allí la conforman), su base nuclear está en transmitir espiritualmente el evangelio de Jesucristo. La manera de como cada grupo religioso interpreta o enseña la Biblia, genera resultados claves entre quienes por decisión (o sumisión) siguen al pastor y quienes por otro sienten que las predicas no logran convencer espiritualmente a la persona.
Un ejemplo clásico, como la diferencia entre católicos y evangélicos. Fijense que una misa católica dura sólo una hora (y a la semana), mientras los evangélicos suelen tener cultos de hasta un promedio de dos horas (Inclusive hay tres cultos por semana: Martes, Jueves y Domingo). Sin embargo son los también llamados "canutos" quienes se muestran más entusiastas para asistir a las predicas del pastor, mientras en una misa basta que el cura diga parense para que los asistentes lo hagan (Como por cumplir un rito, nada más). Esto se debe a que el dogma católico es diferente al evangélico, y es en esta última congregación donde el pastor mediante su carisma convence a los feligreses del porque la palaba es importante para su vida. ¿Cuantos católicos realmente se enchufan con el evangelio predicado por un caro? prácticamente pocos. Todo al final apunta al mecanismo de los sacerdotes, para transmitir el evangelio a los creyentes.
Nadie discute que la palabra alimenta y reconforta a los cristianos, pero si nos vivimos quejando de estar en un mundo agresivo (Con guerras, narcotráfico y balaceras en la vía pública) la forma de como se enseña la palabra debiera generar esa apertura de mente (o corazones) en aquellas personas que no nacieron malas pero quienes bajo crianza y desvíos en su vida han obstaculizado al prójimo, generando ambientes de “conflicto”. Si el socialismo como doctrina política alguna vez convocó a la juventud (muchas veces rebeldes), fue por el anhelo vital de instalar sociedades mas justas, en base por supuesto a la empatía, la tolerancia, el respeto, la humildad, el amor y la sencillez.
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