En este blog mencionábamos (en meses anteriores) como en el campo o zonas rurales es de lo mas normal llevar un modo autosustentable para subsistir. Tanto la agricultura como la ganadería cumplen un rol fundamental, tanto para cultivar las hortalizas como para criar gallinas (o “pollos” como dice la gente del lugar).
Si para el desayuno necesitamos tomar café, nunca falta el pan ¿¡Verdad!? Con unas cuantas gallinas en el fundo, perfectamente se pueden extraer los huevos del gallinero. Incluso la leche se extrae de forma natural, ordeñando las vacas. Para el almuerzo tenemos por donde regodearnos, partiendo por la carne y las verduras. El choclo, el cilantro, el perejil, el mismo pollo (como carne), los tomates, lechugas y otros productos que perfectamente se cosechan del huerto.
Pero para los regalones (niños), ¡no nos olvidemos del postre! Y en esto último tenemos las frutas, desde un canasto lleno de manzanas hasta unas pocas ciruelas. Sin duda que en la ciudad muchos hemos probado la ciruela, sólo que en la feria de nuestros barrios encontramos un sólo tipo de estas frutas (cosa que no varía mucho en los supermercados), pero en el campo fíjense que hay otro tipo de ciruelas ¡Para que vean!
La ciruela “Pruna” es de tipo ovalada, si bien en el campo predominan las de color verde también las encontramos de contorno (o piel-cascara) morado. A diferencia de la ciruela redonda que compramos en la pobla, esta fruta rural sanrosendina tiene una aspecto algo mas solido pero totalmente masticable (dura no es tampoco). Y la semilla en su interior también es ovalada, aunque dura por lo que es fértil si la lanzamos en algún rincón del patio.
El sabor es delicioso e igual de dulce como en casi todas las frutas, sólo que tiene componentes un poco más ácidos en comparación con la ciruela “redonda” de ciudad (o con las de tipo conserveras que también son deliciosas para pasar la temporada de verano).
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