En la televisión chilena existen periodistas que están en la categoría de “rostros”, algo así como una especie de comunicadores VIP que en su gremio pasarían a ser verdaderas “Vacas sagradas”. Quizás el argumento que éstos “exitosos” tengan para justificar sus millonarios sueldos serían una trayectoria previa cuando recién entraron a trabajar, claro que como se están dando las cosas su primera etapa (de principiantes) la consiguieron a costa de “amiguismos”. Tenemos ejemplos muy conocidos como Constanza Santa María, Matías del Rio, Rodrigo Sepúlveda (Aunque este colega es bien buena tela la verdad), Mónica Rincón, Amaro Gomez Pablos, Iván Valenzuela, Soledad Onetto, Iván Nuñez, José Luis Reppening, por solo mencionar a algunos.
Y todos estos rostritos son los regalones en esta ley del embudo. Mientras que para adquirir tu primera experiencia laboral seria (en un diario) tienes que trabajar 3X14 días (3 dias libres por cada 14 trabajados). Si te ponen a prueba, el editor te “perkinea” con 8 noticias diarias, da lo mismo a que hora terminas pero no te vas a tu casa sin rellenar todas las columnas asignadas (Si eres de los que en Conce no encuentra pega y apenas encontraste algo mínimo en Chillán, al jefe le da lo mismo que tengas pieza o te pegues el pique todos los días en el Autopista del Itata). Esa es la pirámide social en el periodismo chileno, peor si no tienes pituto ya que simplemente no te llaman para la entrevista laboral.
Volvamos
a lo nuestro será mejor.
Juan
Manuel Astorga es otro de los denominados rostrillos del periodismo chileno,
otro personaje con privilegios. Sólo que en algo lo distingue con el resto de
sus colegas, y es que este señor no tiene titulo de periodista. Pero pese a que
muchas personas lo han encarado por aquello, los dueños de los canales (el
poder) siempre se encargan de mantenerlo bien atornillado. Y aunque no lo
crean, son muchos los casos de personas quienes sin contar con los requisitos mínimos
están ahí, protegidos….haciendo como que nada ha pasado (ganando además sueldos
buenos, todo en medio de una fuerte desigualdad socio-económica a la vista en
nuestro país).
Es cierto que al publicar este comentario no garanticemos cambios importantes, y mucho menos que el MEGA vaya a despedir al amigo Astorga. Pero situaciones como esta son los que dañan la dignidad del periodismo, una carrera que es bonita pero no debiera seguirse impartiendo en las universidades. Claro que sin perder la necesidad de formar comunicadores en una sociedad cada vez mas opinante, se debieran considerar cursos de especialización con tal de que el alumno tenga garantizado algún grado de éxito laboral tras terminado este curso. En pocas palabras, es una falta de respeto (para quienes aun buscan su primera oportunidad laboral) ver que hay vacas sagradas en la tele quienes mas encima no merecen estar allí, por la simple razón de que sólo fueron unos "egresados" en tiempos de juventud (pero no se han titulado, son dos cosas distintas).
Ya dejando tranquilo al “susodicho”, ¿hay manera de que se considere alguna reforma, o un paquete de ayudas, para muchos periodistas sin empleo? Porque mas allá de sus capacidades intelectuales o profesionales en indagar asuntos de poder, pero detrás del periodista hay una persona también. Entonces el sistema de formación universitaria debiera responder a esa necesidad urgente de encajar las comunicaciones con las actuales necesidades, de diversa índole (tanto por parte de empresas, como compañías de Redes Sociales mediante “cursos de Youtubers y consejos afines”).
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