Cada viernes por la tarde muchos trabajadores chilenos (¡bueno!, y los no tan trabajadores también) esperan con ansias que llegue el fin de semana. Dependiendo de que tan adictos somos cada uno con el alcohol, los que no frecuentan tomar son felices únicamente con darse una vuelta a la playa en la tarde de domingo (una práctica muy sana, y eso está muy bien). Pero quienes han probado alguna vez el trago, o mejor dicho han sentido sensaciones placenteras y en mas de una oportunidad, esperan el momento en que quedaron de juntarse con amigos en algun departamento. Así es, muchos esperan que se termine la semana laboral para escaparse un Sábado por la noche y "chasconearse" tras una rutina tediosa (donde por cumplir se sienten algo incomprendidos, de Lunes a Viernes).
En Chile las bebidas mas frecuentadas son la cerveza, el vino, el ron, el whisky, el vodka y el pisco. La forma de tomar depende mucho del contexto que rodea al bebedor, ya sea por la cantidad de billetes que tiene en su monedero, por su generación o por la forma de cómo valora las tradiciones locales (si acaso es muy provinciano o arribista), etc. En realidad cada consumidor tiene su bebida favorita. Algunos son mas prudentes bebiendo sólo latas de cerveza (o incluso una sola), ya sea porque con suerte tiene $2 mil en su poder o porque simplemente no quiere perder la noción de la realidad (es decir, mantenerse sobrio).
Sin embargo, parte de la población joven y mas aun si son algo “aspiracionales” (esos mismos cabros influenciados por las discos o películas de Netflix) menosprecian las maneras populares de beber, y prefieren ostentar los tragos mas fuertes como el ron, el whisky, el vodka y el pisco. Podemos perfectamente encontrar diferencias dentro de los mismos veinteañeros o treintones, porque cuando cabros mechones recién entran a la universidad se juntan entre los compañeros y después de las clases se juntan entre ellos sus "luquitas" $$ ¿para que? Para pedirle al dueño del pub una sencilla pero no menos refrescante botella de Escudo, unas cuantas copas ¡y estamos! La bebida se comparte entre quienes pusieron la luquita ¿¡Se acuerdan!?
Y
los no tan jovenes (derechamente los treintones) en su mayoría trabajan y se
hacen sus propias lucas, ¡claro! eso es parte de la ley de la vida. Ahí tienen
mas recursos para poder saciarse sus vicios, aunque lamentablemente algunos
sacan parte de sus $500 mil mensuales para caer en la droga (¡Cuidado con eso!
¿Ah? Que caer en la pasta o en la falopa tiene igual su propia letra chica,
donde con el vicio en cruda terminas siendo preso del veneno….pero eso ya es
harina de otro costal).
Basta tener pega asegurada (una situación que no todos los chilenos pueden gozar, por determinadas circunstancias) para “creerse el hoyo del queque” y menospreciar esas sencillas cervezas de mechón universitario. Ahora optan por las bebidas fuertes que ya mencionamos, ¡digámoslo! Uno se embriaga mas rápido tomando Whisky, aunque lo bueno de eso es que de hacerle más al fuerte…la cerveza Escudo ya no la causará el mismo efecto que si le causaba antes a los 19 años.
Llega el momento en que tus compañeros del trabajo se ponen de acuerdo para hacer una fiesta en algun departamento de la ciudad, y todo en torno a celebrar el cumpleaños de alguien ¿¡Cacharon o no!? Se viene la noche de Sábado ¿no cierto?, y antes de la medianoche todo parte piolita. Se abrazan, se saludan, conversan y comparten un poquito. De repente viene lo que se podría decir “LA ENTRADA”, o lo que en el mundo de los dentistas podrías llamar la Anestesia (Que te la inyectan antes de sacarte la muela, allí en el consultorio)…y esas son las botellas chicas de “Corona” (Cerveza) que te vas a servir. No te lo van a decir porque el treintón por lo general ya lo tiene “cachado” (asumido), pero entre que te sirves el coctel de papas fritas que te ponen en la mesa y te tomas un poco de esa botellita de cerveza, te estás preparando para “el horario pick” de la fiesta. ¡La cumbre! como se dice.
A medida que ya te estés terminando la Corona te empiezas a sentir diferente…¡naa’! Te estás curando no más (¡Sorry!). Si horas antes estabas urgido y preocupado por llegar puntual a la casa de los colegas, ya con la chela te sientes bien. Estás más relajado, ya no te nace seguirte preocupando ni hacerte caldo de cabeza por cosas que en realidad no debieran aproblemarte. Es como que estuvieras sentado adentro de un hotel lujoso en Pucón, recibiendo caricias por parte de la mujer que te gusta (El sueño del pibe). Esas son las sensaciones aun ligeras tras beber la cerveza, pero aun sientes y comprendes que estás sentado en un sillón negro de aquel departamento en Concepción.
Después van llegando más amigos al lugar, ya son casi las 1 de la mañana, y esos personajes se siguen rajando ¿¡Que mejor!? con mas “copete” pa’ la junta. No falta el platudo $$ que se pone con una botella de Whisky Jack Daniels. Se acabaron los tragos “de cabro joven” ¿¡y ahora!? se viene la bebida “de dioses” (en sentido figurado si pues).
Aquí
hay un detalle que debes tomar en cuenta. Antes de probar un sorbo de esa copa,
recuerda que ya te tomaste unas tres botellas de Corona en la vena. Así que con
eso ya estás algo mareado, risueño y simpático (son efectos del alcohol), pero
esa copa aunque en ese momento no lo dimensiones puede ser algo peligroso, mas
aun si no tienes la costumbre de tomar.
¿Cómo
podríamos describir el sabor del Whisky? Es una bebida con un sabor muy amargo
(porque tiene muchos grados de alcohol, ¿ya?) y quizás mucho más que el Agua o
la Bebida Tónica, que es ese refresco con color transparente y que contiene un
sabor demasiado amargo….tanto que te hace fruncir la frente al degustar sus
primeras gotas del vaso. Con la diferencia que el Whisky tiene alcohol y te
embriaga, mientras que la Bebida Tónica no. Si alguno ha hecho la “locura” de
tragar una gota de alcohol, pero de esa botellita chica que tienes guardada en
tu botiquín (o que te la venden en la farmacia) te puedes dar cuenta que el
sorbo de Whisky es un poco menos intenso que esa gota de alcohol farmacéutico que
ni en broma debieras probar (eso derechamente no es normal).
Por lo general una porción (mucho más que-) "prudente" para beber Whisky es hacerlo en aquella copa grande (que en las revistas “cuicas” te las muestran hasta con hielo adentro). Es ese vasito de boca ancha, pero corto a la vez, y ¡claro pues! se entiende que muchos ya lo conocen (o habrán probado un sorbo de bebida con eso). Basta que pruebes un primer sorbo de este licor para que ya sientas en el paladar todo el sabor característico del Whisky. Sus grados son tan fuertes que hasta duplicas la sensación de borrachera que minutos antes ya sentías con las cervezas Corona.
Ahora el peligro está en que decides beberte esa copa, y ojo que a muchos "patudos" les pasa esto pues quizás ven de lejos a una mujer bonita (conversando posiblemente con otro compañero en el living) dama a quien ni siquiera le hablan porque ¡piensen ustedes! que ahora en pleno 2021 ya está casi penado (socialmente) “acosar” a una señorita y es por eso que prefieren mil veces desahogarse internamente consigo mismo esas pretensiones varoniles de siquiera acariciarle su cara ¿Cómo? Bebiendo la copa de Whisky para disfrutar esa sensación de placer aunque a costa de su borrachera nada más, y no precisamente siendo franco frente a la dama….esto por el temor de que todos allí le peguen una pateadura. A lo mejor el bebedor quería disfrutar (pasarlo bien), pero igual esa manera de terminar la copa fue bastante arriesgada y “osada”.
Ahora viene lo feo…
Obviamente
que la copa de whisky aumenta (al triple) el nivel de “borrachera”, tanto que
el campeón sólo se queda allí sentado sin hablarle a nadie y únicamente gozando
de esos mareos que con el copete en la vena le producen placer. Ante el resto
de los compañeros (algo mas sobrios que el amigo) éste muestra rasgos que
pueden preocupar y hasta en el ámbito de la salud, si la cosa empeora podrían
perfectamente llamar al Samu o derechamente parar la fiesta. Está bien que los
buenos amigos se preocupen de los parroquianos, pero no siempre ese silencio
perpetuo pasa por problemas de salud, el “pillo” simplemente bebió tres
botellas de Corona y una simple copa de Jack Daniels ¡Nada más!
Pero uno de los amigos se preocupa del estado en que se encuentra este campeón, y recién se acuerda entre todos los cahuines (o risitas) con los otros “fulanos” que aquel borrachito solitario no tenía la costumbre de tomar. Así que se dio el tiempo de llevarlo a su casa, claro que este colega estaba algo mas sobrio que “el campeón romántico” así que podía perfectamente manejar su autito blanco (aparte que el conductor había carreteado muchísimo más en la vida, que este otro curadito romántico….por lo que un sorbo de Whisky no le haría el mismo efecto).
Se
suben al auto, y van directo a la casa del borrachito.
Pero
ahí no termina la cosa.
Lo
peor está por venir.
El auto blanco llega a la casa donde vive el “campeón”, toca el timbre y abre la puerta aquella conviviente de 36 años, la pareja del borrachito romántico. Se despiden, la mujer recibe al hombre quien en todo momento goza de su embriaguez y le dice que se tire en la pieza de las visitas (Su dormitorio está algo distanciado, acuérdense que el curado en cruda está algo débil en los reflejos al momento de caminar).
Como
la mujer sabe los efectos que suelen ocurrir con los curados del Whisky, decide
que el campeón se acueste en el dormitorio de las visitas. El hombre no hizo
ningún problema, porque aun sabiendo del estado en que venía éste gozaba de cierto
egoísmo placentero que daba un bálsamo a la rutina tediosa de días anteriores. Se
sacaba los zapatos, los blue jeans y se acostaba en calzoncillos adentro de la
sabana. Evidentemente que al rato se puso a dormir, como también lo hizo la
mujer.
Antes del amanecer pasó algo ¡feo! Y fue producto de su carrete bien peculiar, pasa que allí el campeón empezó a vomitar. ¿¡Se fijan!?
Por
instinto movió su cabeza hacia el suelo (por donde está el velador) y abrió su
boca para botar todo el vomito que producía el Whisky. Al otro día ya algo más
sobrio se percató de todo el condoro que había quedado, producto de su carrete
con los compañeros de la pega. ¡Y eso no es nada! ¿Ah? Porque con toda la
catástrofe, el mal olor queda bien pegado allí (atornillado) y esto por varios
días. Eso requiere que el joven inmediatamente se levante de su cama en la
mañana, y se eche luego una buena ducha. Allí junto con su conviviente pescan
el valde, algo de jabón para luego pasar la escoba y sacar todo el mal olor
producido por los vomitos del whisky, que son totalmente penetrantes.
Lo
fome de eso, es que aun limpiando todo el santo día y toda la santa tarde la
mugre que deja el vomito pasa que el mal olor recién se ahuyenta casi a los
siete días después. Incluso aun cuando abras la ventana de ese dormitorio (o
sea, cuando ventiles) y aun con todo el desodorante spray Axe que le eches a la
pieza. Cuesta mucho que se ahuyente el mal olor de los vomites. Es bien
desagradable todo.
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Ya,
hablemos enserio. Si no quieres pasar malos ratos por intentar sacar el mal
olor de tu dormitorio (y producto de ese copa de Whisky que te tragaste en la
fiesta) trata de medirte en las copas que bebas.
Piensa
un poco, peligroso es beberte tres botellas de cerveza (importadas o no) más
una copa de Whisky. Y te diste cuenta que la intensidad de la bebida escocesa
es mucho mas potente que ese otro producto mas barato, sencillo y popular (Aunque
la chela igual cura, pues no es lo mismo tomarte un jarro de “pitcher” que una
mísera lata de Cristal en el sillón de tu casa).
Además
que si alguna vez te tomaste una botella retornable de cerveza, allí la
sensación de “borrachera” igual es distinta que ese otro efecto percibido con
la Jack Daniels. Al menos allí sigues movilizándote por cuenta propia camino a
casa, y aun con una mínima debilidad en los reflejos mientras camines.
Pocas
veces se busca recopilar relatos (o testimonios) de aquellos amigos que en su
momento “relax” buscan evadir la incomprensión, porque la salud decide que
ciertas incivilidades deben prevenirse y eso está super bien. Pero más de una
vez (a veces incitado por el prejuicio) el hombre en su momento mas hipócrita
tiende a menospreciar mucho al borracho, aun sabiendo que en su estado de
lucidez es alguien pulcro, destacado, inteligente, ordenado y responsable.
Por
eso se hace el llamado a todo campeón romántico, que aproveche su estado sobrio
(donde no lleve ni una gota de alcohol en la vena) para pensar primero que “tragos”
va a beber, al momento de compartir y pasarlo bien con sus amigos.-
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