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martes, 29 de septiembre de 2020

Columna de opinión: "Si primero hace su desmentido ¡Y luego! ¿Continúa amenazando? ¡Algo dice su conciencia!"

 Intimidar y/o amenazar, 

con el propósito de acallar las críticas. 


El ingeniero forestal Roberto Francesconi realizó de forma pública su acusación a la Municipalidad de Penco (Esto mediante un canal de televisión virtual, dado que otros medios suelen tener "ciertos vínculos de intereses"). 

En respuesta a eso, la autoridad comunal ha hecho sus respectivos desmentidos ¿Cual es el pero? ¡Pues! Que al poco tiempo... el ciudadano que hizo la acusación, pese a presentar documentación en mano (o a brindar detalles sobre el asunto), termina recibiendo amenazas solamente porque el tema incomodó al alcalde. 



Esta actitud por parte de un jefe comunal es totalmente repudiable, ya que es su forma de impedir la crítica legítima en sus vecinos. Entendiendo que si el ser humano nunca ha sido perfecto, los políticos tampoco lo son. Por ende es una táctica psicológica de intimidar, porque detrás muestra su más clara intolerancia al pensamiento crítico de su comuna. Eso va en contra de los valores y principios democráticos, pues justamente es el manejo de información lo que permite un mínimo de empoderamiento en la gente (Siempre y cuando la libertad de opinión se use para aportar o contribuir al desarrollo del lugar donde se tiene domicilio). 

En resumen, cuando un alcalde se enfrenta a tan sólo un vecino quien lo acusa por "X" motivo pero el político tiene su conciencia tan tranquila que ni siquiera se calienta la cabeza por responderle a esa persona, sólo debe entregar su respuesta públicamente (el desmentido) e incluso si tiene la oportunidad puede hasta contestarle a su detractor. 

Ahora, el que nada hace....¡nada teme! y es por eso no necesita ser agresivo, sino consecuente, tranquilo y seguro para enfrentar a lo que éste puede denominar "calumnia". Vale decir, si realmente fuera una injuria basta con probar que tal acusación es falsa ¡Y nada más! Pero ¿de ahí? a intimidarlo con una acusación legal, mas encima usando la prepotencia, y en frente de una persona que es entendido en la materia ¡Se percibe allí cierto matonaje de picao´! Esta amenaza es la más clara metáfora de propinar un combo en el rostro del detractor (por no decir la otra palabra). 



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