“UN PEZ GORDO” [1]convocaba
a una reunión. A su casa llegaron
algunos de los vecinos coludidos con esta mafia. Llegaron tres mujeres
poblacionales, las típicas trabajadoras de los Pro-Empleo. También una familia
de Rodelillo. Un joven reggaetonero de unos 30 años. ¡Y hasta un colectivero!
Todos preparaban un plan. La
mafia quería entorpecerle el camino a su enemigo. La misión sería espiarlo y
perseguirlo.
¿¡Al día siguiente!? Un ciudadano culto
tenía pensado partir al Terminal de Buses. ¡Encontraba ripios en su camino! No
encontraba ninguna calle vacía. SIEMPRE HABIAN SAPOS EN SU CAMINO.
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