Vulneración de derechos: (Matonaje)
Es la facultad que algunos matones o mafiosos se atribuyen, con tal de impedir
que algunas personas común y corrientes (sobre todo las más vulnerables) puedan
ejercer libremente sus derechos, garantizados tanto a nivel nacional
(Constitución de la República) como internacional (Derechos Humanos de las
Naciones Unidas). Esto suele ocurrir mucho bajo el poderío de los carteles del
narcotráfico, donde los capos de la droga en algunos casos suelen tener más
poder que el mismo estado y la misma policía.
Hay
países donde supuestamente rigen la democracia y la libertad (nuestros mismos
países vecinos en Sudamérica por ejemplo), y aunque la “Libertad de Expresión” (como ejemplo) esté garantizada en
los estatutos de dicho lugar hay personas que están impedidas a hacer uso de
ese derecho, porque (¡quién sabe!) les tocó la mala suerte de tener a un
alcalde o autoridad local que de forma prepotente acalle a las opiniones
disidentes, incluso en redes sociales. ¿No se supone que cada ciudadano tiene
derecho a formarse su propia opinión frente a un hecho de contingencia?
“Todo individuo tiene derecho a la libertad de
opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de
sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de
difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”
(Artículo 19. Declaración Universal de los
Derechos Humanos, ONU)
Es
decir, el estado garantiza ciertos derechos que no todos los ciudadanos lo
pueden ejercer (no es que no quieran ejercerlo, sino que no pueden porque un
tercero se los impide). Aquí una autoridad local negligente, o una mafia,
cumple una función (repudiable y condenable bajo cualquier punto de vista) de
“colador”, de “filtro” o “muro”.
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O en otro
ámbito, el hecho de que un policía no
acoja una denuncia en la Comisaria (o cuartel) ya es una forma de vulnerar
el derecho a la seguridad. Pues hay personas que buscan confiar en la policía
para acabar con esa sensación de inseguridad que en dicho momento los domina
(Por ejemplo, cuando varios vehículos les hacen un seguimiento por fuera y en
la calle, algo que incomoda rápidamente a los dueños de casa).
También cuando
un comunicador (por ejemplo, locutor radial) emite comentarios discriminadores
al aire desde una radioemisora, y la victima al acudir a tribunales no puede
hacer uso de su derecho a “no ser discriminado”, esto por tres razones:
a) los jefes
no pueden hacer para despedir al locutor negligente (porque si lo echan deberán
pagar una indemnización millonaria), y en algunos casos un simple locutor
podría tener más poder que el mismo director de la radio.
b) en las
oficinas de Asesoría Jurídica responden con que la ley anti-discriminación es
supuestamente privada, donde la
justicia pública no tendría las facultades para acoger una demanda en contra
del discriminador (cuento corto, deberá pagar
un abogado) o sea ¿solo los ricos tienen derecho a no ser discriminado?
c) la victima va a la Fiscalía para denunciar,
pero los profesionales jurídicos suelen bajarle el perfil con el típico:
“Ay, ¡pero señor!….¡déjelo que hable estupideces!, no caiga bajo o no caiga en
su juego” (Haciendo un claro llamado a la resignación). Incluso no se sabe si dichos señores están coludidos
ideológicamente con el victimario (o agresor).
Esa también es
una forma de vulnerar un derecho. O
incluso (en el mismo ejemplo anterior) el locutor paradójicamente se escuda con
la libertad de expresión, a su favor claro.
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