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jueves, 12 de mayo de 2016

A Punta Arenas en bus (Cuento)

CONCEPCIÓN - Terminal de Buses de Collao
CONCEPCIÓN (Chile) Lunes 28 de diciembre (2015) 19:30 Hrs

En un helado atardecer de diciembre (con nubes grises y aire helado) llegué al Terminal de Buses de Collao, para caminar al patio de los andenes, y allí esperar el “Pullman” que me lleve a la ciudad de Osorno. Este es quizás uno de los lugares con mayor movimiento en la ciudad, tanto así que en los pasillos de adentro, o afuera, se ve harto movimiento de gente, incluso donde se ubican los estacionamientos y paraderos de taxis en la entrada.

Me siento en los rincones más desocupados de los andenes, justo al frente de un bus con recorrido provincial (de esos que salen a Florida, Quillón y Bulnes), cuando a unos dos asientos hacia el sur (como indicando una mano hacia la calle Collao) me encuentro con un hombre de 45 años esperando su bus a Valparaíso. El amigo era tranquilo pero no introvertido tampoco, se notaba que andaba en la Octava Región por razones de trabajo, un poco cansado con solamente ganas de viajar y dormir mientras sale de la ciudad. Era pelado, con canas a la vista, vestía un polerón plomo y blue-jeans.

Como sabía que tenía que estar cuatro horas esperando el bus, porque estaba ansioso de viajar y conocer Punta Arenas, quise probar suerte conversando con aquella persona. Aquello no se habría dado de no haberme comprado una botella de Coca-Cola más un vaso de plásticos, pensando que con un poco de cafeína pasaría volando el tiempo. Estaba sentado solo mientras yo me servía mi primer vaso de bebida, pero veo al hombre porteño apagando su Smartphone y creí que sería el momento para probar conversa.

-       ¡Amigo!

El hombre respondía moviendo su cabeza como diciendo “¿Sí? Luego le vuelvo a dirigir la palabra.

-       ¿Sabís? Tengo que esperar como unas cuatro horas aquí en el terminal, ¿no te molesta que conversemos un poco?

Y buena onda me salió el hombre, tanto que esas cuatro horas la aprovechamos conversando. Si hasta le convidé algunas de las tortillas que mi mamá me había comprado en el Barrio Chino de Lirquén, que se supone era para que me las sirviera en el largo viaje.

Bus Cruz del Sur
Recorrido Concepción - Osorno
Eran las 23:15 Hrs cuando al ver que llegaba el bus con recorrido a Osorno me despedí del hombre, pesqué mis bolsos y partí corriendo a subirme al bus aunque éste ya iba a detenerse en el andén. La ansiedad me había comido, lo reconozco. A las 23:30 ya estaba adentro del bus y éste ya iba saliendo del terminal, mientras la luna llena me acompañaría en el nocturno viaje, no más que me había desvelado en todos los siguientes 500 kilómetros, ¡no dormí!

Una hora con quince minutos después. El bus se había detenido en Cabrero, punto donde se cruzan la Ruta 5 Sur con el camino a Concepción. Algunos pasajeros que vivían en esta comuna forestal se habían subido, mientras el calor de verano se había apoderado del lugar. El clima entre la capital penquista y esta comuna son diferentes, Cabrero es de hecho uno de los lugares más cálidos en la Región del Bio-Bio durante el verano.

Los Ángeles (Chile)
Una hora después. El bus había entrado a la ciudad de Los Ángeles, paradero obligado para todo bus que desde Concepción sale al sur. Igual en sus avenidas transitaban unos pocos vehículos pero no porque en la ciudad acostumbren a hacer vida nocturna, simplemente hay gente que se mueve de noche y en eso no hay mayor diferencia con “Conce”. [1]

Se dice que muchos patrones de fundo tienen su domicilio en este lugar, que por lo demás está muy pavimentada y asfaltada, muy urbana la ciudad. Tiene harto parecido con Rancagua. Supermercados, mall, casino, plaza, comercio, transporte urbano, taxis, ciclovías, etc.

Una hora después y aun es de noche. El bus había entrado a Temuco, otro paradero obligado para todo bus que desde Concepción sale al sur. A diferencia de lo ocurrido en Los Ángeles ahora casi todos los pasajeros estaban durmiendo en sus asientos, casi todas las cortinas estaban puestas porque no quieren que la iluminación de carretera les estorbe el sueño y obviamente que las luces estaban apagadas.

El “Pullman” primero había entrado a un terminal que estaba en uno de los acomodados barrios a la entrada de Temuco, en el sector norte de la ciudad. Claro, a las 3:00 AM casi ni había gente en el terminal salvo una pareja de pololos que se besaba al frente de uno de los andenes. Me imagino que esos chiquillos deben estar tan chatos del calor temucano durante el día que esperaron la noche para gozar un poco más del frio.

Los Lagos, entre Máfil y Osorno (Por la Ruta 5 Sur)
Temuco es una ciudad con movimiento, no muy diferente a Concepción. Edificios, anchas avenidas, autos corriendo por sus calles, grupos de jóvenes caminando por las calles, algunas casas húmedas en las partes residenciales, veredas dañadas al costado de algunas calles de adoquines, tierra mojada en algunos puntos donde está puesta la señaletica, etc.

Dos horas y media después, apenas estaba saliendo el sol aunque el cielo ya tenía un cierto color morado (aun oscuro). El bus había entrado a la localidad de Los Lagos, ubicada entre Lanco y Osorno. Había salido de la Panamericana Ruta 5 Sur, en los altos de este hermoso pueblo, cuando por una de sus calles baja hacia el centro.

Los Lagos sí que es maravilloso. Casas de madera pero limpias, veredas de césped bien podado al costado de la calle y casi como pareciendo barrio alto. Si hasta un perro juguetón iba a la siga del bus. Es un lugar bien limpio y silencioso, un punto ideal para arrancarse del estrés y aprovechar su buena semana, sintiendo la calma que hoy se extraña. El paisaje de Los Lagos es casi parecido al típico dibujo de pueblito con fresas, que se le regala a los párvulos. ¿La verdad? Tienen que puro recorrerlo, ¡se los recomiendo!

Osorno (Chile)
OSORNO 7:00 AM, martes 29 de diciembre (-2015)

Y después de un largo recorrido por la Ruta 5 desde Cabrero el bus dobla a su mano derecha para entrar a Osorno. Sigue por una avenida para doblar por unas cuantas calles hasta finalmente entrar a los andenes del terminal de buses.

Es una ciudad donde predominan mas los entornos poblacionales que citadinos, aunque en el corazón de Osorno se puede apreciar mucho movimiento urbano pero en contadas calles. En el resto de la ciudad, salvo en las avenidas, hay una calma en el tránsito de vehículos y además es común ver en sus postales la circulación de locomoción colectiva, casi todos son taxibuses noventeros y aun sin licitar, eso significa que hay mucho colorido en el pintado de las micros osorninas. 

¡Claro!, pero resulta que me tengo que quedar en esta ciudad hasta las 13:45 Hrs, hora de almuerzo, porque recién ahí sale la combinación que me lleva a Punta Arenas vía terrestre. En el mismo terminal naturalmente.

Kuchen
Esperé adentro del terminal a que abrieran el puesto de empaque, quería pagar unos pesos para que por seis horas me cuidaran el bolso. Igual a ratos me dio un poco de hambre, así que salí a la calle para servirme varias cositas: café, “kuchen” y sopaipilla con queso (no derretido, en realidad la vendedora te coloca un pedazo tipo artesanal y en medio de las dos frituras planas).

Ya casi son las 7:30 AM cuando el sol salía pese a la dominación de unas pocas nubes en el cielo. Había mucha gente esperando a que abrieran en el puesto de empaque cuando un joven entraba al lugar, mientras esperábamos a que abriera la ventanilla puedo recordar que a esa hora había harto movimiento adentro del terminal. El joven comienza a atender y le pagué una luca para que me cuide aquel bolso negro que me acompaña.

CENTRO DE OSORNO -
Calle Eleuterio Ramírez
Salí a la calle y me percato de algo increíble. Hay una calle céntrica que conecta al terminal con la plaza, un recorrido equivalente a tres o cuatro cuadras. Desde el rodoviario te encuentras en el camino con varios puntos: Restaurantes de comida rápida, mercado, terminal de buses rurales, supermercados de las grandes cadenas, una plazoleta, comercio mayorista, un mall con baños públicos incluidos, calle comercial, galerías, un negocio donde cambiar moneda internacional, hasta finalmente dar con la plaza de Osorno.

Al llegar me encuentro en toda una esquina con una enorme estatua de toro, al parecer hecho con un material parecido a un carbón piedra. La plaza de Osorno ocupa una superficie equivalente a dos cuadras haciendo de ésta una de las más grandes de Chile. Aunque no es un rincón de mucha vegetación, de hecho no se caracteriza en nada por tener arboles. La pileta igual es genial, cuyos asientos se ubican en frente de ésta y la primera sensación que uno percibe es que el chorro de agua refresca la vista.

OSORNO - La gobernación provincial,
ubicada al frente de la plaza
Ya son las 9:00 AM cuando aproveché que en uno de los edificios fiscales de Osorno, ubicado al frente de la plaza, estaban abriendo las oficinas. Después de conversar un rato con una persona, fui de inmediato a la Gobernación de Osorno para preguntar dónde estaba la biblioteca de la ciudad. Cruzo la calle, si bien muchos vehículos transitaban por el lugar no era complicado llegar a la otra vereda.

Entro y espero a que la recepcionista termine de atender a otro señor, para hacerle así mi consulta.

-       ¿Señorita? -
-       ¿Si Joven? -

-       Por casualidad, ¿dónde está la biblioteca de Osorno?
-       Tiene que caminar de aquí a dos calles más, te vas a encontrar con un museo

-       Ya, pero yo busco la biblioteca
-       Si, ahí está

-       Ah bueno, muchísimas gracias ¿ah?

OSORNO - Ex Estación de ferrocarriles
Hoy convertido en centro comunitario (infocentro)
Desde la plaza, en dirección al sur (enfocando una mano hacia Puerto Montt) caminé hacia la otra cuadra, para luego doblar unas dos veces más y dar así con una antigua construcción del siglo XIX, al parecer de estilo alemán. Entro pensando que ahí estaba la biblioteca (confiado en el dato que me dio la recepcionista de la gobernación provincial). Allí me atiende un señor explicándome que la biblioteca se ubica en la ex – estación de ferrocarriles. Antes de venir a Osorno ya había visto unas fotos de esta ciudad donde el lugar que recién me acababan de decir aparece como una de las más preciosas postales.

Salgo del lugar, mientras los vehículos transitan por la calle colindante, no andan a mucha velocidad como en Concepción pero es común en el centro de Osorno ver “micros” viejas. Camino una cuadra mas dirección al sur hasta dar con una avenida, curiosamente es un rinconcito acomodado que tiene la ciudad con un edificio y sucursales de AFP. Al llegar a la esquina puedo ver de lejos, hacia una bajada al poniente, la vieja estación de ferrocarriles.

Altiro me percaté que ese era el lugar, pues como se los digo, tengo en mi casa varias postales de las más diversas ciudades de Chile. Como les digo, la vieja estación de Osorno es una muy linda pero antigua construcción, postal conocidísimo de la ciudad.

Caminé hasta cruzar una avenida al costado de la estación. Al llegar a la otra vereda camino por el estacionamiento, hasta posteriormente entrar al lugar. En la recepción pregunto si es que funciona un Infocentro allí, me dicen que efectivamente, pero debía doblar por un pasillo hasta entrar a una sala de lectura. Me siento en uno de los computadores (para usar internet gratis) y les cuento a todos por facebook que me en ese minuto me sentía feliz.

Una hora después caminaba en la vereda que estaba al costado de la catedral osornina (y al frente de la enorme plaza). Iba retornando al terminal de buses porque en poco tiempo tomaría el bus que me llevaría a Punta Arenas.

Terminal de buses de Osorno (Chile)
Terminal de buses de OSORNO, 13:45 Hrs, martes 29 de diciembre (-2015).

Después de pasar un rato al baño, me compré otras sopaipillas con trozo de queso y más un vaso de café, para así esperar en los andenes el bus que me llevaría a Punta Arenas, aunque reconozco que la ansiedad me comía en esos minutos de espera. Si bien debía partir a las 13:45 igual se demoró un poco el “Pullman”, pero al final llegó a las 14 Hrs.

Estos son los buses que salen a Punta Arenas
desde Osorno, pasando primero por la patagonia argentina.
Y finalmente viene. Esperando que el bus se detenga en uno de los andenes, el auxiliar sale del bus aunque con un genio producto de tanto trabajo, pues no es fácil estar 27 horas encerrado en el viaje. Abría las puertas inferiores donde se guardan las mochilas y bolsas. Ojo que mucha gente estaba esperando el bus, e incluso yo no era el único penquista que iría vía terrestre a Punta Arenas ya que habían dos personas (una abuelita con su hijo de cincuenta años, aunque parecían pareja) que venían de Lirquén.

El bus sale de Osorno, cruza la Ruta 5 Sur por un altonivel de autopista, en la ruta andaba al costado de hermosos campos. Luego nos encontraríamos con el Lago Puyehue, pasando al mismo tiempo por la hermosa y turística localidad de Entre Lagos. Antes de llegar a la aduana chilena la ruta subiría por la precordillera, rodeado de hermosos bosques, de la vista del lago y frente a la panorámica de montanas. Puros paisajes verdes, al menos en el lado chileno.

Kilómetro 643. El bus subía en la precordillera, y después de que el camino pasara rodeado por un pequeño cerro partido en dos, el chofer empieza a bajar un poco la velocidad. El camino de repente se enancha casi como cuando se llega a un peaje, con la diferencia –eso sí- de que el bus apaga el motor porque los pasajeros debían entrar a la aduana, que estaba a cargo de la Policía de Investigaciones (PDI).

La aduana chilena
¿Sabias que al salir de Chile desde Osorno uno transita por tres
lugares distintos? 1) La aduana chilena. 2) El limite definitivo,
donde se ubica un mirador colocado por los dos paises (sin
guardias). 3) La aduana argentina. 
Sin embargo los pasajeros debían esperar hasta cuando un estresado auxiliar les dijera que bajen, ¡él daba las órdenes! Es el momento para aprovechar de decirles que en estos viajes internacionales hay un total de tres hombres trabajando en el bus: dos choferes (quienes se van turnando las horas tras el volante) y un auxiliar, pero dos de ellos hacen un poco de guía turísticos como también de vigilantes, todos ellos se relacionan con los policías de Chile y Argentina (especialmente con los que están a cargo de las aduanas).

Bajábamos uno a uno del bus, y para poder salir del país debíamos casi en fila llegar a la oficina donde opera la aduana chilena. Entrabamos y allí se armaba otra fila. Al llegar mi turno saludaba gentilmente al policía cuando de mi billetera sacaba mi cédula de identidad, requisito obligatorio para salir de Chile sin problemas. Luego el funcionario revisaba en una computadora si acaso tenia arraigo nacional, pero como no tengo antecedentes penales no tendría porque haber inconvenientes para transitar por territorio argentino. Después de revisar el computador el policía simplemente devolvía el pase.

-       ¡Aquí tiene! Muchas gracias
-       Por nada, que esté bien.

Quienes ya cumplíamos con el trámite podíamos caminar al bus sin problema, aunque como los hombres que trabajaban en el bus tomaban un poco de aire (así como aun había gente en la fila), teníamos unos pocos minutos para respirar un poco, los que querían podían subirse al bus y comer un poco, mientras que otros pocos aprovechaban de fotografiar los paisajes. Ahora, cuando el auxiliar avisaba que el bus iba saliendo, los que estaban afuera debían subirse para emprender un viaje inolvidable.

El limite definitivo entre Chile y Argentina
En los próximos cuatro kilómetros el bus recorría un camino de curvas, siempre pavimentado, pero aun seguía en territorio chileno. Hasta que en el kilometro 648 transitaba por un plano que marca el límite definitivo entre Argentina y Chile, con dos rocas que indicaban cuando se salía de un país y se llegaba al otro. Nada de guardias, sólo un mirador donde incluso los conductores podían estacionar sus vehículos.

Al “pisar el palito” (como se dice) ya se notan algunas diferencias que son propias de Argentina: el pintado del camino que une los dos sentidos (en el suelo) es diferente al que se percibe en Chile, los letreros de señaletica tienen otro color, incluso la señaletica del tránsito está sujetada con palos de madera (y no con fierro). El bus seguía recorriendo otros cinco kilómetros, ya en suelo argentino, un camino rodeado de cerros con árboles secos y algún rasgo del invierno pasado (aun se veía nieve en ciertos sectores). 

La aduana argentina
En el kilometro 653 los trámites no acaban, aunque parece que en Argentina la cosa fuera más flexible. El bus bajaba su velocidad otra vez hasta detenerse, se apaga el motor y la misma rutina que la de hace algunos minutos atrás. Mientras la gente se paraba de sus asientos debían esperar que el auxiliar diera la orden hasta que se abriera la puerta y todos pudieran bajar a suelo argentino. Quienes se bajaron debían ir a la aduana para volver a sacar su cédula de identidad, y recibir así los permisos que el país anfitrión nos daba con tal de circular libremente en su territorio hasta un máximo de 90 días.

La gente de la aduana argentina nos daba a cada viajero un papel, el que debíamos guardarlo hasta cuando regresábamos a Chile dentro de 24 horas. O sea, nos queda todo un día completo (en realidad unas 26 o 27 horas más) para viajar “encerrados” dentro del bus.  

ARGENTINA - Villa la Angostura
El bus continuaría viaje –en la provincia de Neuquén- por un camino rodeado de entorno natural (cerros, bosques, arboles y cielo despejado), bajando por la precordillera hasta lograr dar con el Lago Nahuel Huapi, que nos acompañaría al costado derecho de la ruta (apuntando hacia el sur-poniente). Luego llegaríamos a la primera localidad argentina de paso, como lo es Villa la Angostura, un lugar similar a Pucón por tratarse de un punto turístico y con muchos visitantes.

Hasta el kilómetro 690 es bonito el paisaje. Se podían ver casas y cabañas enclavadas en los cerros frente al lago, arboles, fundos, subidas tipo sendero, y más de algún antejardín con césped bien podado. Pero luego, en el 691, ya empieza a cambiar un poco la paisajística, porque allí el suelo se ve más árido, y casi al llegar al cruce de Dina Huapi el rincón es parecido al de las escenas hollywoodenses de vaqueros (pampa, arbustos chicos repartidos en los campos, montes pelados, lugares secos y deshabitados).  

ARGENTINA - La rotonda de Bariloche
Si creian que el bus entraba a la turisitca ciudad de San Carlos
de Bariloche, lamento decirles que estaban equivocados ya que
se llega a una rotonda donde luego dobla a mano izquierda
(hacia el SE - Sureste o Suroriente), asi sigue un..... laaaaaargo
camino a la ciudad de Punta Arenas. 
Llegando al cruce el bus dobla a su derecha. Mientras el trayecto está por salirse de una provincia (Neuquén) y llegar a la otra (Rio Negro), se viene a la vista otra localidad denominada Dina Huapi. Es un poblado urbano y residencial ubicado al costado de la Ruta 40 (una larga ruta precordillerana en Argentina), casi como una ciudad dormitorio de la vecina San Carlos de Bariloche. Es común ver allí chalets con antejardines (y autos estacionados en cada casa) a la vista de cada transeúnte que circule en el camino.

Muchos creen que este bus hace parada en la hermosa ciudad de Bariloche, pero en realidad llega hasta a una rotonda ubicada en la entrada de dicho lugar. Sin embargo el recorrido dobla a otro camino, en dirección sur hacia Comodoro Rivadavia y Punta Arenas.

ARGENTINA - Caleta Olivia
Dado que el oceano que colinda con el territorio argentino
es el Atlántico, la puesta de sol en Chile es lo que allá sería
la salida de sol matinal.
Para un argentino ver el sol tras la Cordillera
de los Andes ocurre al atardecer, y no al amanecer como
en Chile. 
Al día siguiente, 5:00 AM. El bus aun no para de recorrer el camino, y ahora entra por la hermosa ciudad de Caleta Olivia, uno de los puntos ubicados al costado del Océano Atlántico. En realidad está rodeado de pura pampa patagónica, montes pelados, arbustos medianos repartidos en los espacios deshabitados, mas una ruta angosta en medio de la nada. Aun en Argentina.

Y por toda la mañana, el bus recorría la Ruta 3 que conecta a todas las ciudades costeras de Argentina ubicadas al costado del Atlántico, específicamente en el lado patagónico. Es igual que en película de vaquero, se ve de lejos un camino de una sola vía (pavimentado) en medio de la pampa. En promedio la distancia entre dos ciudades puede ser de entre 200 o 300 kilómetros, equivalentes a la distancia entre Santiago y Talca.

Mientras que en el bus, los pasajeros casi en su totalidad reconocen estar aburridos del viaje (aunque de primera se veían todos entusiasmados). El baño químico se colocaba más hediondo, y en cada asiento se acaban las provisiones (papas fritas, bebidas, galletas, sándwich) que cada pasajero llevaba. El recorrido en ningún momento ha parado para que algún pasajero argentino viajara a Punta Arenas, pues solo presta servicio a chilenos pese a que en el bus había una pareja de jóvenes holandeses (claro, se sumaron al viaje desde territorio chileno).

Ciudad de Punta Arenas (CHILE)
PUNTA ARENAS (Chile) Miércoles 30 de diciembre, 16:00 Hrs.

El paisaje de la pampa no acaba, pues el mismo paisaje que se veía en el anochecer anterior, a las cercanías de El Hoyo de Epuyén (Argentina), es el que se aprecia en las periferias sub-urbanas de Punta Arenas. Estaba nublado cuando el bus transitaba por una ruta rodeada de sectores industrializados. Y al llegar a la capital de Magallanes noté que no es tan diferente a Concepción en cuanto a su forma de moverse como ciudad.

De todas formas, ¡agradezco a Dios por tal regalo!




[1] “Conce” es una forma abreviado de decir Concepción. Así como “Valpo” para Valparaíso, “Viña” para Viña del Mar, “Quinta” para Quinta de Tilcoco o “Antofa” para Antofagasta. 




Compleméntate

Un pencón en Punta Arenas

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