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jueves, 13 de agosto de 2015

La nueva apuesta cultural en America Latina.....EL NARCOTRÁFICO EN LA LITERATURA, Narco-literatura

La narco-literatura

Ojalá la cultura acabe con el narcotrafico
sin dejar victimas mortales. 
Este género se emplea para referirse al complejo fenómeno social, político, económico y cultural ocasionado por el narcotráfico (Fuentes 2013: 9). Tanto en distintas partes de Latinoamérica como en Estados Unidos. 

Aunque según Elmer Mendoza, considerado por sus pares como el padre de la narco-literatura mexicana, esta denominación “es un invento de la prensa y de los editores que ha funcionado muy bien” (Ojeda 2013: 1)

El concepto es nuevo,  para caracterizar un tipo de literatura que represente la problemática del narcotráfico. Otra diferencia es que las temáticas no solo se delimitarían en la delincuencia común y corriente, también incluyen incluirían hechos ocurridos en el poder.

Sus máximos exponentes son mexicanos, colombianos, españoles, portorriqueños, un argentino e incluso un chileno.  Aunque en Colombia sus escritores se definen como expositores de la Novela del Sicariato, no de la narco-literatura.


El máximo referente de la narco-literatura: el
mexicano Elmer Mendoza. 
Escritores mexicanos del narco: Gerardo Cornejo (1937-2014) “Juan Justino judicial”, Homero Aridjis (1940 - ¿?), Víctor Hugo Rascón Banda (1948-2008), Élmer Mendoza (1949-¿?) autor de “La saga del detective Edgard el zurdo Mendieta” y “La prueba del acido”.

 Yuri Herrera (1970), el periodista Ricardo Ravelo, Juan Pablo Villalobos (1973) (Ojeda 2013:1), Oscar de la Borbolla (1949), Sergio González Rodríguez (1950), Luis Humberto Crosthwaite (1962), Eduardo Antonio Parra (1965), Jesús Alvarado (1969), Bernardo Fernández (1972), Heriberto Yépes (1974), Orfa Alarcón (1979) y Pablo Serrano.


Colombianos: Alonso Salazar (Autor de “La parábola de Pablo”, que como bien indica su nombre trata la historia de Pablo Escobar), Fernando Vallejo (1942-¿?), Laura Restrepo (1950), Evelio Rosero (1958), Jorge Franco Ramos (1962), Gustavo Bolívar Moreno (1966).  Aunque el premio nobel de literatura, Gabriel García Márquez, incursionó como uno más en este tipo de literatura con su obra “Noticia de un secuestro” (Que también trata sobre controvertido el patrón del cartel de Medellín).

Español: Arturo Pérez-Reverte (1951 -¿?), autor de “La Reina del Sur”, y  la catalana Lolita Bosch.

Argentino: Cristian Alarcón (“Si me querés, quereme transa”)

Estadounidenses: Don Wislow (“El poder del perro”)

En “El poder del perro” se narra el secuestro, la tortura y asesinato de Ernie Hidalgo (personaje ficticio) (Ojeda)

Británico: Ioan Grillo (*) Aunque con domicilio en Ciudad de México

Chileno: Roberto Bolaño (“2666”)

Un trozo, de la obra escrita por Bolaño describe la forma de cómo uno de sus personajes se droga: “Chucho Flores alcanzó a indicar con un gesto un rincón de la habitación que Fate no había visto. Esta escena, pensó Fate, yo ya la he vivido. Rosa estaba sentada en un sillón, con las piernas cruzadas, esnifando cocaína” (Bolaño 2004: 212)  

También hay escritores quienes sin formar parte de la narco-literatura publican libros que muestran al narcotráfico, como un mundo contextualizador. En la academia se destaca el sociólogo mexicano de la Universidad Autónoma de México (UNAM), Luis Astorga. Una de sus publicaciones es “Sociohistoria del tráfico de drogas en México”, considerado además como uno de los pocos historiadores del narcotráfico en el mundo.

En Chile está el ejemplo de Francisco Martorell con su obra “Impunidad Diplomática”, pues aunque no sea considerado como parte de la Narco-literatura trata igual temas relacionados con el consumo de cocaína, su enfoque es más bien periodístico ligado al nuevo-periodismo. Fue en 1993 cuando publicó este libro, pero al poco tiempo fue censurado por motivos de contenido. Involucra al magnate Andrónico Luksick como cocainómano.  

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