¿Porque afirmamos que esta marca es muy consumida en los últimos años? Basta salir a la calle, y ver cuanta lata de cerveza está botada en las veredas....CON ESTA MARCA. Ja! |
Varios
artículos de magazine (por internet) afirman que con el hecho de beber alcohol se
liberan endorfinas (u hormonas de la felicidad), “las cuales desencadenan
emociones positivas” y que se experimentan durante el momento de la embriaguez.
Es por eso que para los amantes del trago se les hace esencial escaparse con
una o dos botellas. Pero ¿Cómo disfrutar sin perjudicar al entorno mismo? Y la
clave está en comprender las diferentes fases de la borrachera ¿No cierto?
Existen cinco etapas, dependiendo de cuantos grados consumes en una fiesta:
Cuando
empiezas a beber tus primeros sorbos, hay un proceso lento en escapar de tu "sobriedad" (o sea, pueden transcurrir hasta 12 minutos en que aun te sientes “normal”,
con tu copita en mano). Eso igual depende de la costumbre que has tenido en tu
vida para beber, el efecto que puede producir en un novato de 20 años es
diferente a la de un cuarentón quien ya sabe lo que es beber Whisky.
Ya cuando te has bebido aproximadamente una botella de cerveza puedes sentir efectos muy distintos a lo habitual, y eso es lo que comúnmente llamamos borrachera (pero aun estas en la fase estable, ¡vale decir! Ya estas curado pero en un momento pasable). Si bien ya estas sintiendo esas endorfinas que tu tanto buscabas, aun tienes la inteligencia activa para poder frenar tu consumo. Es aquí donde tu cerebro tiene una tarea fundamental, allí deberás preguntarte: ¿Seguiré bebiendo? ¿O me detengo hasta aquí, porque o si no dejaré la pura embarrada? Ese es el reto que tienes, más aun cuando con el placer percibido ya te sientes el Rey de la Fiesta (Aunque no lo seas).
Si ya con beberte dos botellas de cerveza sientes que es momento de hacer una pausa, ¡lo haces bien! Aun tu inteligencia funciona para retirarte del lugar y esperar unas horas antes de regresar a tu casa, con eso lograrás mostrarte estable cuando tu familia vea que llegas (Sabes a quien le hablas, mantienes la misma actitud contextual que siempre has tenido con tu interlocutor y aun con la dificultad de modulación, etc.)
Sin
embargo, si sigues en esa de beber una tercera o cuarta botella, es porque la
Sirenita de la Endorfina te sedujo y es porque el Espíritu de Satanás quien te
está atrayendo quiere que caigas al “hoyo” (Apelando a la metáfora que usan los
evangélicos en sus cultos cristianos).
Vamos a hacer un paréntesis literario. Quienes alguna vez hemos leído la obra “La Odisea” de la literatura griega (Un clásico de la humanidad), podremos recordar la escena en que Ulises y sus tripulantes llegaban a la Isla de Lesbos. Allí en ese rincón las Sirenas cantaban dulcemente hasta atraer a los hombres, sólo que Ulises (y unos pocos navegantes) se taparon sus oídos para no caer en la trampa de dichas musas. Mientras que muchos otros tripulantes “pisaron el palito” (Como diríamos en buen chileno), y es que al escuchar sus cantos sufrieron algunos ataques en sus oídos. Pues detrás de la seducción había una trampa muy cruel que le trajo colas a esos personajes del libro.
Por
lo tanto, volvemos al ejemplo del trago. Terminas tu segunda o tercera botella,
y la Endorfina (igual que las Sirenitas de Lesbos) te está seduciendo. Quizás eso explica del porque un hombre sobrio, a minutos de beberse un copete, le dice a
su señora que el no va a caer en la borrachera algo apestosa y agotadora para
la cónyuge.
En
una tercera etapa, con cuatro o cinco botellas de litro en la vena (Todo un
exceso) te dejas atrapar por las fantasías que te creas al momento de disfrutar
la fiesta, o incluso sólo sientes la música que el DJ’ toca a todo volumen. Y
para que decir, allí verás puros mareos. Es el momento en que pierdes la noción
de tu realidad, y tus neuronas dejan de funcionar. Allí ya no te puedes
controlar.
La parte fea, es cuando pierdes la conciencia. Muchos de los borrachines que se fueron “en volada” tomando y tomando, ya ni se acuerdan que pasó después. No sería raro que al otro día esté acostado en su cama, porque horas antes su familia lo vino a recoger dentro de un pub, sólo que el campeón no se acuerda de cómo los Carabineros lo metieron al radiopatrulla. Porque simplemente el perlita “perdió la conciencia”.
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Una borrachera "normal" (tomando cerveza) cuesta $5.000
La moda de las cervezas con lúpulos (Royal Guard)
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