Si se fijan en los calendarios de pared, siempre aparecen los santorales. A cada día se le asigna un nombre determinado, diciendo….(Por ejemplo)….”12 DE MARZO, SANTA NORMA”. ¿No cierto? Antes las mujeres que tenían ese nombre solían recibir saludos y “engañitos” (obsequios), por el sólo hecho de ser 12 de Marzo. Aunque no era solamente el saludito de cortesía, lo que ahora podría traducirse en un preciso mensaje de Facebook. Antes se iba a visitar, a ese querido por el puro santoral (y nada más).
Un pequeño paréntesis. Teníamos la tradición de decir (volviendo al ejemplo 12 de Marzo)...."LA NORMA ESTÁ DE SANTO". Todos usábamos ese concepto. Pero si nos profundizamos en los principios del cristianismo, nadie es santo excepto Dios ¿Se acuerdan? Por lo que el verdadero término para referirse a un festejado y por motivo de santoral es...."ESTA PERSONA ESTÁ DE ONOMÁSTICO" (No de Santo). También recordemos que quienes por siglos o décadas estimularon este tipo de visitas, son los católicos, los mismos quienes en su templo tienen imágenes de la Virgen o del Papa Pío. No se olviden que los católicos romanos de la Edad Media adoptaron elementos del antiguo politeísmo greco-romano (Creencia en varios dioses) para insertarlo en los ritos católicos: Santos y la Virgen, a parte de Cristo. Sabemos que una persona al decir ISABEL ESTÁ DE SANTO, o RUBÉN ESTÁ DE SANTO, no lo hacía jamás de "mala fé" pero fue una doctrina instalada encubiertamente por los curas...."por los siglos de los siglos". Volvamos a nuestro tema será mejor.
Eran días super simpáticos, porque si era día laboral (un Lunes o Jueves) la persona llegaba por la tarde a su casa, después de un arduo día de trabajo ¿No cierto?. Apenas abría el portón de su antejardín, le esperaban visitas. Siempre eran los familiares mas cercanos, amigos o la pareja quienes llegaban con un paquete de berlín en mano. Las panaderías y pastelerías siempre ganaron con estos saludos, ya que el pariente iba a la vitrina para ver que tortita o berlin podía llevarle al “festejado”.
La visita llegaba a la casa, el anfitrión apenas abría la puerta los hacía pasar. Todos entraban. Y eran aproximadamente las 18 horas cuando comenzaba la once, el dueño de casa se ponía a calentar la tetera, mientras uno de los familiares lo ayudaba partiendo el berlín en varios pedacitos. Como olvidar esa “oncecita” tradicional, una mesa con la panera llena de ricas y crujientes marraquetas (pan francés). El pote de margarina, otro pote de manjar y las tazas servidas.
Mientras las visitas esperaban que el familiar le trajera el agua caliente, todos esperaban que el festejado-dueño de casa se sentara para recién allí comenzar con la “convivencia”. En el caso de aquellos hogares demasiado cristianos, la comida no partía sin que el dueño de casa comenzara con su oración, claramente este es un rito que no se da en todas las casas pero hay gente que aun lo conserva. Aunque no se necesita tampoco ser evangélico o mormón para que esperemos al dueño de casa, y así recién empezar a comer.
Como olvidar esas “trenzas” o esos “berlines” llenos de crema, ¡un manjar! ...
Ahora igual es entendible, que los santorales hayan perdido el valor familiar y cariñoso que alguna vez tuvieron. Hoy muchos ciudadanos comunes pasan por momentos de crisis, de mucha incertidumbre social y económica (como la inseguridad o el desempleo), motivo del porque ahora LAS PRIORIDADES YA SON OTRAS.
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