El programa Mundos Opuestos 2 está
transmitiendo sus primeros capítulos en Canal 13, mientras tienes el televisor
prendido al frente tuyo tienes al lado tuyo la obra “El Conde de Montecristo”,
sin pensarlo dos veces ¿Cuál de las opciones prefieres?. Pues que increíbles son
las consecuencias que vemos ahora con una televisión chilena que
definitivamente está condicionada con el rating ¿ah?, desde el 2002 que no pasa
nada con El Show de los libros, un espacio conducido por el mismísimo Antonio
Skarmeta y fue un medio muy entretenido cuya finalidad era motivar a que la
gente tomara un libro, digamos, la gente que estaba mas acostumbrada a ver televisión
que formar su imaginación con los mas diversos escritores chilenos. ¿Acaso la
gente prefería ver el programa del Kike Morandé? ¿Y es esta la razón para la desaparición
de este entretenido programa?, ya serán 11 años los que llevemos sin ni un
programa de literatura en la tele.
Desde las movilizaciones estudiantiles
del 2006 que los secundarios plantean la idea de que la educación es de mala
calidad en Chile o que la gente prefieria ver televisión en vez de leer, y años
después (hoy) ya vemos, aunque en tercer o ultimo rango, a un grupo de chilenos
que plantea la idea de que la lectura estimula mejor las neuronas que un
reality shows. Por mucho que la idea sea valida o que aumente el apoyo simbólico
de la gente esto no sale de las simples criticas, o sea “Sé que ahora en Chile
nadie lee, y que a las bibliotecas solo se va a chatear en Facebook” pero ¿Qué hacemos
para motivar la lectura en los mas jóvenes?, es fácil criticar pero también se
necesita crear estrategias frescas y atractivas para que la lectura sea una
practica de los mas críticos, y ojala, de mucho mas personas. Al menos el
programa “El Show de los libros” fue muy buena una herramienta audiovisual, que
estaba accesible para los niños, jóvenes y publico en general, personas que
desde el año 1970 se han acostumbrado a dejarse atraer por la imagen o los
videos, lo que algunos denominan “la generación de la imagen”. A la mente llega
la siguiente pregunta: ¿Es la televisión un medio de educación?
Ahora, reconozcamos que también están
aquellos “ultra críticos” quienes se oponen a la idea de televisar la
literatura, esto obviamente porque el aun naciente área dramática de Chilevisión
ha desperfilado a la Historia
de Chile con teleseries sobre Manuel Rodríguez o La Quintrala, temen a que
la obra de los escritores pueda también ser manipulada y hasta deteriorada, mas
que por los actores, por los directores y productores de las teleseries
(Muestran muchas escenas de sexo pero al final terminamos en no interesarnos
por la esencia en si de estos acontecimientos).
Pero peor seria también que los críticos
se quedaran únicamente con alegar que en Chile la gente no lee mientras los
libros están guardados en los estantes, la tarea de promover la lectura mas
bien es de todos y mejor seria que cada cual ni siquiera siga criticando por
seguir una moda, basta levantarse temprano de la cama para salir a caminar
rumbo a la biblioteca y pedir un libro. Ahora, en nuestro país pasa algo
curioso con los rostros de nuestros dos nobel, Neruda y Mistral, muchos
nombramos a estos escritores como los mas grandes frutos de la elite
intelectual chilena, tanto que nos sentimos orgullosos porque en Chile nacieron
dos premios nobel, pero de toda la gente que habla y murmurea ¿Cuántos han leído
alguna vez un libro de uno de estos poemas? ¿y cuando fue la ultima vez que lo
hicieron?, entonces es necesaria la transmisión de estos programas dedicados a
la literatura.
En uno de los últimos programas emitidos
en el 2002 Skarmeta habló sobre Vicente Huidobro, no fue una serie “a-teleseriada”
sobre la vida de este polémico y atrayente escritor, quien debiera ser
considerado algo así como un Superman de la literatura chilena, no se imaginan
los niños las cosas por las que ha pasado el padre del creacionismo. Es una
mezcla de muchas cosas: por ejemplo, de lecturas de alguna obra de Huidobro por
parte de algunos académicos de la carrera de literatura, de recreaciones
audiovisuales con voz en off o recortes cinematográficos que recrean las
lecturas, y de comentarios hechos por los mismos académicos tanto por algún
libro como por un momento de su vida, e incluso entrevistas con niños y jóvenes
para ver también la forma de cómo interactúan las nuevas generaciones con los
libros. ¿Qué podemos decir entonces? No es lo mismo a que en el colegio veas un
libro donde aparezca la biografía de Pablo Neruda, a que estés en tu casa y
sentado frente a un televisor para que te puedas adentrar mas en la obra de este
nobel chileno de literatura.
Hoy es Mundos Opuestos, o el raro esplendor
de algunos personajes faranduleros que aun no terminaron su cuarto medio
(aunque usted no lo crea), y quien sabe al otro año veremos un reality de
modelos de Yingo en una comunidad mapuche (en un resort turístico claro, porque
el verdadero mapuche no se presta para el juego tan fácilmente), y será tan
decadente la televisión (ni Dios lo quiera) que ni siquiera tendremos La Cultura Entretenida.
Con poca cultura en televisión y mas rostros sentados para copuchar en SQP
estamos viendo como el rating no solo cambio la pantalla chica en relación al
2003 o a 1993, sino que además como el rating hasta termina configurando la
inteligencia imaginativa de las personas, en su forma de entender la realidad o
en su forma de crearse así mismo prejuicios sobre el resto de las personas que
lo rodean.
TERMINADO
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