En esta tarde-noche de miércoles 25 de Enero (-2023) el Congreso ya confirmó a los 24 expertos que conformarán una nueva Convención Constitucional, que tendrá como propósito redactar un segundo borrador en la espera de ser una nueva Constitución para Chile (Siempre cuando en el 2024, y en un segundo plebiscito de salida, gane el Apruebo). Por el momento este hecho político genera interés minoritario, ya que hasta el momento la ciudadanía ha quedado con dos desazones. Recuerden que el triunfo del Rechazo en Septiembre pasado fueron en rigor votos de castigo contra un desempeño convencional bastante “maximalista”, dotado de fanatismo, ideología y “discursos repetidos”. La otra cosa con que se sienten defraudados, tiene relación con que la clase política decidió no hacer un plebiscito de entrada mostrando así algo de ansiedad por redactar la nueva carta magna sin abrirse a estudiar o comprender la percepción popular (Casi como tomando decisiones, a espaldas del pueblo).
Aun cuando los políticos serían los únicos motivados con esta nueva convención, increíblemente el predominio de la derecha en la lista de expertos podría responder a algunos de los motivos “inexactos” de las personas para que votaran Rechazo en el último plebiscito. Esto porque del 62% hay dos variables, primero tenemos al pinochetismo duro quienes apoyan la idea de que la Constitución vigente siga ojalá un siglo más (esa es su mentalidad), y tenemos también al anhelo del “chileno promedio” sufrido por un lado pero conservador y tradicionalista por otro. Muchos trabajadores, gente algo aislada del panorama político, creen que en Chile faltan cosas por mejorar y cuyas iniciativas debieran favorecer a la mayoría de las personas pero consideran que ciertos elementos básicos como “el derecho a la propiedad” no debiera nunca acabar. Ejemplo, creo que para los quintiles más bajos los estudiantes universitarios debieran tener gratuidad pero a cambio de que mi casa siga siendo mía (Un ideal mas propio de la socialdemocracia, proteger a un propietario para que siga siendo dueño de su propia casa pero abriendose a mejorar las condiciones de vida a quienes les cuesta un poquito más).
Lo que ahora se dictaminó en el Congreso no es más que una primera parte de esta nueva convención, pues a diferencia del anterior proceso ésta tendrá un carácter netamente mixto. Al menos en el trabajo anterior todos los constituyentes fueron electos democráticamente, aunque se corrió el riesgo de un fuerte predominio neomarxista en el borrador que en buena hora fracasó. Entonces este listado de 24 expertos (De los cuales 12 son de derecha) ayudaría a poner las cosas en su balanza, respecto a todos los proyectos que debieran discutirse en el próximo proceso, siempre cuando en el momento de elegir a los nuevos constituyentes predomine allí la ideología de izquierda. Para este año 2023 lo último sería extraordinario, porque mezclar en los escaños elementos “contenedores” y anhelos “revolucionarios” crearían sin querer un proyecto que debiera garantizar derechos, aunque también debería generar cuotas de seguridad para personas que no quieren perder su mínimo de estabilidad.
Una última sugerencia para los futuros convencionales de Apruebo Dignidad, comunistas y progresistas, nadie niega que las injusticias existen. Pero lo que molestó de su propaganda comunicacional antes del 4 de Septiembre fue su nula capacidad de contrargumentar, porque cuando la derecha hizo su parte de explicar lo que ustedes denominan “mentiras” en su mediocridad simplemente se basaron con un “No lo tomemos en cuenta” o “No perdamos el tiempo respondiéndole a fachos”.
Volvamos a lo nuestro.
Ya a modo de resumen, ante este listado de expertos predominantemente “momios” basta contar con convencionales electos de izquierda para ver si esta mixtura de “conservadurismo” más “progresismo” serían claves para redactar una nueva carta magna que sea representativa de los cambios soñados por la mayoría de chilenos.
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