Cabe preguntarse aquí, ¿Quiénes te tienden realmente la mano? ¿Quienes están realmente contigo cuando necesitas de alguien? No es bueno discriminar, pues de quién menos lo esperas.....recibas "un apañe". |
Era
un dia bastante soleado cuando el bus recorrió el siguiente itinerario: Cruce
Cabrero, Ruta 5, luego el bus entra a Los Ángeles para buscar pasajeros,
pasamos por un punto donde se ubica el límite interregional si mas no recuerdo
es la aldea de Mininco….cuando uno va en dirección a Collipulli, luego pasamos
por fuera de la última comuna mencionada, por el Puente Malleco hasta que de
repente el bus pasa por el paradero de Ercilla (En plena Ruta Panamericana).
Ercilla
es una de las tantas comunas ubicadas en la Provincia de Malleco, Región de la
Araucanía. Cerca se ubica la comunidad de Temucuicui, donde vive gran parte de
la población mapuche en esa zona del sur de Chile. Lamentablemente también este
rincón ha adquirido cierta mala fama en la prensa nacional, pues han ocurrido
varios actos de violencia. Según la versión oficial hay agrupaciones
terroristas, sólo que en los últimos años ya se está poniendo duda sobre que
ocurre allí realmente. Desde la izquierda surgen hipótesis de que Carabineros
estaría involucrado en actos conspirativos que sólo buscan enlodar la
reputación del pueblo mapuche. Y cuando se quiere indagar en eso, hay múltiples
actos de violencia que nos impiden investigar quienes son realmente los
causantes del Conflicto Mapuche. Pero bueno, ¡juzgue usted!
Volviendo al relato sencillo….
El bus pasaba en la ruta y
en completa tranquilidad, sin indicios de algo extraño ni turbio. Aquel Pullman
Igi Llaima se detuvo en el paradero de Ercilla, donde se subió una señora con
vestimenta mapuche. Tendría unos 60 años, un poco más….¡una mujer mayor! Quien
al subirse cargaba canastos con algo de fruta.
La señora se sentó al lado
mío, y tocó la coincidencia de que ya estaba algo enchufado con temas políticos
pues años atrás vivía en Concepción donde por cierto conocí a algunas amistades
“revolucionarias”, eran básicamente “cabros” que conocí en la Universidad de Concepción
que por cierto estudiaban Sociología. Estos fueron mis mentores en el ideal
político que tengo hasta hoy.
Le hice algunas consultas,
y ella respondió amablemente. Aunque debo reconocer que siempre tuve algo de
cuidado, para que esta señora no se sintiera incómoda. Pues realmente quería
conocer algo de su cultura.
Esta señora siempre mantuvo la calma, y hubo algo que me marcó en ese viaje.
Antes de bajarse a la
altura de Victoria (Si, ¡así es! ella estaba haciendo un viaje relativamente
corto) me digo algo que endulzó un poco mi existencia. No es por egocéntrico ni
poco menos, pero en mi rutina no siempre suelo tener la valoración de mi
entorno por mis batallas diarias y sin embargo esta mujer mapuche ha visto algo
en mi. Dijo que yo era un joven buenmozo, empeñoso, un “cabro bueno”.
Nos despedimos con harto
afecto, hasta se despidió de beso en la mejilla y se bajó.
¿Qué lecciones podría
sacar yo de ese comentario cariñoso hecho por la mujer? Hay dos lecturas, hay
una mirada “superficial” pero también hay una perspectiva trascendental.
¿Cuál de estos dos lecturas
quieren saber?
Como dice alguien por ahí,
lo mejor se deja para el final. Así que vamos a partir con la interpretación “hueca”
(Risas).
Siempre cuando salgo a la
calle me arreglo, es por un tema de dignidad o buena presencia ¡Nada más! En
ese momento aun no daba mi primer beso (recién pololearía varios meses después),
y no es común que cuando uno se suba micro para (ir a Concepción) se te acerque
una mujer para que te diga un piropo. Quizás cuando la mujer mapuche me dijo que
yo era “un joven bonito”, lo dijo con un tono de “madre” o de “abuela”. Pero no
podemos negar que un piropo (o el cariño de palabra) hacia tu persona, y con la forma de cómo te sacas
la cresta todos los días, es una forma de valorar todo lo que haces ¡Obvio que
es rico y te sube el animo! ¿Cierto?
Ahora sí….
….vamos con la
interpretación trascendental.
¡Bueno! De la misma forma
como esta señora se sintió a gusto conversando contigo, uno saca ciertas
lecciones. Pongamos dos cosas en una balanza, por un lado comparemos el trato
que sueles recibir por parte de “los cuicos” ¿ya? de gente que uno podría decir
son de derecha, son descendientes de criollos, de aristócrata, gente con plata
y que vive en Vitacura ¿¡Que se yo!? Uno ha postulado varias veces a trabajos
en el Mega (Santiago) o en ONG’s vinculados con la UDI acá en Conce, ¿usted
cree que los cuicos me han dado pega? (Risas)
¿Usted cree que cuando yo paso por las Lomas de San Andres, "ando muerto de sed" y pido un vaso con agua,
algun cuico te haya hecho pasar a su cocina para invitarte a un café con
galletas?
Y no me vengan aquí con
que en la UCSC aproveché varios coctel cuando estudiaba periodismo, acuérdense que
hasta hoy sigo endeudado con el Credito del Fondo Solidario. Por lo tanto, yo
pasaba a ser cliente de esta casa de estudios y por algo los profes se ponían
con los néctar Andina, con los canapés, los berlines, etc.
¿Usted cree que una
compañera que vivía en el sector Andalué (San Pedro) me daba un abrazo cariñoso
cuando andaba deprimido en la Ú? ¿Usted cree que una compañera que viviera en
las Lomas me invitó alguna vez a su casa, cuando estudiaba en la Ú?
Saque sus conclusiones.
De esa señora mapuche que
se subió al bus y a la altura de Ercilla he recibido un trato mucho más
cariñoso, que aquellas migajas si es que alguna vez he recibido de los “wuincas”.
¡Newen mapuches!
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