Un neo-guachaca versión 2018. Bueno para escuchar el último tema de Luis Fonsi |
Acto de acallar (silenciar voces peligrosas o disidentes). Una mafia jura que harán lo imposible para que en tales empresas o instituciones no contraten laboralmente al “soplón” sólo con el propósito de mantenerlo callado.
Acto de agotar (-psicológicamente hablando). Los soldados que le trabajan a un cartel o a una mafia se preparan para agotar psicológicamente a un “soplón” mediante recursos que no sean argumento para alguna sanción legal, como manejando automóviles (bocinazos, frenazos escandalosos, y roces de neumáticos desinflados con el pavimento).
Amenazas. Los mismos mafiosos le desean las peores maldiciones a sus víctimas, advirtiendo que les truncarían su futuro (negociando con sus contactos-gerentes el cierre de puertas laborales para la víctima, y que aún con todo el talento del mundo su Curriculum no les servirá de nada), que las matarían, que su familia lo pagaría caro o que incluso les quemarían sus casas. Aunque no cumplan con tales amenazas por lo menos (desgraciadamente) han logrado una perturbación psicológica que genera consecuencias como la paranoia. Este es un claro ejemplo de lo que es EL ABUSO DE PODER.
Anti-naturaleza (o anti-calma). La ambición económica o materialista de un cartel (o de alguien coludido) impide que los espacios sean aprovechados para el descanso y la calma. Por ejemplo, la alta densidad de vehículos y la contaminación acústica impiden que en la comuna donde operan se pueda dormir, descansar o desconectarse de forma normal.
Atemorización (Temor, causar miedo). Amedrentamiento. Un soplón (o sapo) puede dejar de serlo si una mafia le advierte de la forma más prepotente que de hacerlo lo pagaría caro. El hecho de que sus aspiraciones laborales o curriculares corran peligro hace que la victima postergue su ideal noble de dar a conocer la presencia de narcotraficantes en un determinado barrio o ciudad.
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