Una foto de Isla Mocha (Chile). En la Región del Bio-Bio se ubican tres islas insertas en su costa. De Norte a Sur tenemos las islas Quiriquina (Talcahuano), Santa María (Coronel) y Mocha (Tirúa) |
El hombre que
caminaba en el lugar llevaba un saco en su hombro, vestido de poncho y
sombrero, con humildes blu-jeans viejos por debajo y botas gruesas. Un cachorro
lo acompañaba, mientras el fuerte oleaje generaba calma. Andaba por el lugar
varios minutos sin parar. No hay vandalismo ni “cabros chicos” [1]tomando.
No se necesita tener la tele o la música prendida, porque el ruido del silencio
es placentero, aunque no tanta para quienes han vivido toda una vida en el
lugar, sino que para el santiaguino o penquista angustiado en búsqueda de paz y
amor.
Veinte minutos
después, el hombre de poncho seguía caminando con su perro cuando de repente se
detuvo por un rato, a mirar el mar. Cero presión, sereno usando gratamente de
su imaginación, dejándose volar casi como sintiéndose dueño de la isla, no era
para nada un hombre acelerado. No había conductor que casi te atropelle en los
pasos de cebra, ni olor a pichí en
los requeríos. Mientras el caballero seguía mirando el horizonte marino, el
perro alegre movía la cola. Era el momento de paz, rincón del que nadie se
quisiera ir. De hecho, yéndonos a otro
lugar, en el Fuerte la Planchada de Penco me he encontrado con pichí (orina) en
uno de los cañones, ¡qué asco! Y patrimonio histórico más encima.
El viejo dirá “Yo
estoy en el paraíso, y la chusma en el continente….en el infierno”.
Isla Mocha es uno
de los paraísos que tiene Chile, y ojala –para muchos- siga en esa condición.
Donde las gaviotas vuelan sobre el mar, los bosques abundan en su interior, las
áreas verdes no están contaminadas, prácticamente no hay pavimento y el
silencio es dominante. Si hasta hay dos lagunas en su interior, de aguas
cristalinas. ¿Crees tú que allí existe esa rotería que existe en Penco, donde
los torrantes lanzan los cuerpos de perros muertos en las aguas de una laguna
en el sector de Villa Alegre? Lo rico es que en Isla Mocha viven mapuches
campesinos, gente buena, no delincuentes con disfraz de pobres.
Ya son las 21 horas
y el viejito finalmente quiso entrar a su casa, junto a su perro caminó por la
ancha pradera verda que separa la costa con su casa. Busca la llave en su
cartera, abre la puerta y entra. Lanza su saco al suelo y el perro entra,
cierra la puerta, prende la luz y camina a la cocina. Se sienta frente al
lavaplatos mirando el paisaje, sin tele prendida y sin música.
La reacción del
hombre isleño cambia de repente, se muestra más angustiado que en los minutos
anteriores.
-
Es
un paraíso porque es un lugar tranquilo. Pero por otro lado es un infierno
porque Isla Mocha se ha estacando, es un rincón postergado y atrasado.
Y de repente sonó
el Whatsapp del hombre, pesca el Smartphone y contesta
-
¿AaaLÓ??
-
A
lo mejor poh caballero, a lo mejor
Isla Mocha quedó atrasada. Pero en cualquier momento un pencón chato de “gente
sin cerebro” quisiera volar para allá, no haga tal de pavimentar las áreas
verdes como si pasó aquí en Penco.
Y cortó.
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