En una tarde cualquiera, el presidente de El Salvador Nayib Bukele dio un discurso a la ciudadanía. Hoy en 2023 tiene fama de aplicar lo que muchos otros países latinoamericanos esperan (al menos los sectores políticos más conservadores)...una persecución constante e insaciable contra los pandilleros. También se define como un hombre cristiano, quien reivindica la enseñanza de la religión en las generaciones más jovenes.
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Bukele:- Quiero que sepan queridos salvadoreños.. que a los presos no les daremos comida en la carcel, y que recién ahora sabrán lo que es la mano dura.
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De repente, algo extraño ocurre. Una luz desde el cielo se apareció en medio del discurso. El jefe interrumpe el acto político.
Jesús:- Nayib!
Bukele:- ¿Quien anda ahí?.....¡Oh! ¡señor!, ¿a que le debo su presencia?
Jesús:- ¿Lo has olvidado?....¡¡Ama a tu prójimo!!... ¡¡El mandamiento más importante que les dejé en un Jueves Santo!!.... JUAN CAPÍTULO 13, VERSÍCULO 34.
Bukele:- ¿¡Perdón!?
Jesús:- Mira....No seay' amarrete weón, y deja que los presos se coman un pedazo de pan que sea.
Bukele:- Pero señor, todo poderoso. Usted debe entender que esta gente son puros delincuentes, asesinos, ladrones, violadores. La gente a quienes dañaron quedan con secuelas, ¿porque no ampara a las victimas? ¡No entiendo!
Jesús:- No he dicho lo contrario tontorrón. Pero si vas a poner como norma, allí adentro de la "cana", que esta gente haga trabajos forzados, ¡buta!..... al menos deja que los gallos se recompongan con agua ¡cht! o ¿vo' pretendis' que te limpien toda la cárcel entera, sin estar hidratados saco de wea?.... ¿¡Ah!?..... Al menos, medio pan francés y añejado, les permite aguantar décadas tras las rejas, ¡dos deditos de frente po' hombree....!-
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