El municipio de Santa Juana viene impulsando gestiones para reactivar el turismo en esta tranquila localidad, distante a 50 kilómetros de Concepción. Parte de los trabajos consiste en la remodelación de este antiguo fuerte colonial con cuatro siglos de historia.
El fortificado se ubica en un punto semicéntrico de la comuna, aproximadamente a unas cuatro cuadras de la plaza (en dirección al Rio Bio-Bío). Durante un día de semana habitual sí es posible disfrutar del silencio, de la paz y de la tranquilidad en este sector, aun cuando el flujo de vehículos por calles colindantes es mínimo (Por 10’ minutos puede pasar aproximadamente 1 vehículo, o a ratos ninguno en dicha cantidad de tiempo).
Un bello mirador se ubica en los altos del fuerte, donde es posible apreciar el Rio Bio-Bío (Aun en su tamaño ancho). Al otro lado de dicho “curso de agua” se ubican los predios rurales aledaños a la localidad de Talcamávida, que debería conectarse con Santa Juana en los próximos años mediante un puente que es promesa de gobierno desde el 2009.
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A fines de Septiembre (En este presente año 2022) es posible ver trabajos de remodelación en el Fuerte Santa Juana de Guadalcazar, referente patrimonial ubicado en la localidad del mismo nombre. Un punto que tiene cuatro siglos de historia, y que formó parte de una gran red de fuertes que en esos años protegían al entonces territorio colonial de posibles “invasiones”, “reconquistas” o intentos de “recuperación” mapuche. No se olviden que en la Ribera Sur del Rio Bio-Bío también teníamos los fuertes de Nacimiento y San Pedro (Este último completamente desaparecido). Así como al otro lado, en la Ribera Norte estaban los fortificados de Hualqui, Talcamávida y Yumbel.
En las últimas décadas con ese espíritu ya más postmoderno de recuperar nuestros orígenes, donde derechamente revalorizamos aquellos lugares que han contribuido por configurar nuestra nación, surge también la idea no siempre perfecta de conservar en forma intacta aquellos vestigios con tal de que no desaparezcan. Piensen que en Concepción lo único que nos queda del Siglo XVIII son unos muros que se conservan en calle Castellón, o en la misma ciudad de Valparaíso el costo de atraer turistas extranjeros es conservar edificios antiguos sin una intervención rápida de inmobiliarias particulares (mucho menos si son declarados Monumentos Nacionales). Por eso desde la ignorancia muchos tienden a criticar cuando unos camiones (allí adentro de este fuerte) modifican elementos que conservaran algo de su antigüedad.
Algunos “maestros” (-trabajadores) se ven siquiera para monitorear los trabajos. Acopios de áridos, camiones, cordeles que indican trabajos de arquitectura son los que se ven en el lugar.
Pero basta ver la prensa a mediados de este mes de Octubre (-2022) cuando recién nos percatamos que todos estos trabajos forman parte de una remodelación turística gestionada por el municipio de Santa Juana. Por lo tanto, se intenta hermosear la cara del fuerte junto con otros circuitos turísticos para atraer mas al “estresado” turista proveniente del Gran Concepción.
Sin olvidar que hace algunos años operó allí una casa antigua, posiblemente construida en la colonia (Se saca por lógica, ya que este lugar se ubica adentro del fuerte). Todo esto da cuenta de como habrian sido realmente los fuertes hace mas de dos siglos, porque si nos basamos únicamente en el modelo contemporáneo de Penco sólo vemos una migaja de lo que fue realmente un fuerte colonial. Quienes conocen la playa pencona ven un mirador algo descuidado y contraminado (por la irresponsabilidad de los transeúntes), con apenas tres cañones, un fierro donde poner la bandera en actos formales ¡Y paremos de contar! Aunque la misma historia señala que hasta inicios del Siglo XX aun en estado de abandono, el tamaño de La Planchada era mucho mas grande que en la versión actual. Apenas llegó el ferrocarril a Penco, echaron abajo el muro original para reducir el tamaño del fuerte pencón y así poder extender la linea de ferrocarriles hacia Lirquén. Así también hay pinturas del 1820 que dan cuenta como fue el verdadero Fuerte la Planchada, un fortificado que tenía torres de vigilancia (Los mismos que hoy ya no existen).
En el caso del Fuerte de Santa Juana, si adentro hay una casa (Donde ahora opera la oficina del ingeniero encargado de dichas obras) da cuenta que los inicios de esta localidad partieron con un poblado pequeño al interior. No se olviden que en la colonia habían soldados españoles custodiándolo, y esa casa habría significado un refugio. Sin olvidar que estas construcciones ocupaban pedazos del Wallmapu (O territorio mapuche) por lo que en los primeros siglos antes de la Independencia los primeros colonos españoles habitaron en los interiores del fuerte, y salir de allí era todo un desafío pues se arriesgaba la vida ante posibles e inesperadas represalias de mapuches (El fuerte fue en ese sentido un enclave de “wuincas intrusos”, donde no era llegar y salir de allí…..fue una especie de “Cuarentena” en tiempos coloniales ya que para asegurar la soberanía del Rey en estos lugares literalmente estaban aislados del mundo). Imaginen que por meses debían tener provisiones (alimentos).
Muy claros son los ejemplos de otros fuertes ubicados en el sur del país, como Nacimiento (Comuna vecina de Santa Juana), Valdivia y Ancud. Esos si son fuertes atractivos, ya que dado el contexto en donde estuvieron instalados tenían infraestructuras mucho mas complejas y todo para defenderse mientras se ocupaban pedazos de tierra mapuche. Cuento corto, dichos fortificados eran pueblos de soldados y colonos españoles protegidos por la guardia. ¡Que mejor ejemplo!, que la puerta de entrada hacia el fuerte santajuanino donde para apreciar la panorámica del Rio Bio-Bío en su interior deberás subir mientras entras por pórticos coloniales. Algo que claramente no lo verás en Penco.
Los antiguos fuertes coloniales tenían un propósito netamente “militar”.
Decíamos que arriba en lo alto, aun cuando los maestros e ingenieros sacaron vestigios antiguos del mirador, puedes aun todavía apreciar una bella panorámica del Rio Bio-Bío aun en su tamaño ancho pese a ubicarnos 60 kilómetros desde la Desembocadura al interior de los valles. Dijimos en artículos anteriores que al otro lado del río estaba el poblado de Talcamávida, pero como aun hay arboles enormes en la orilla del río (Y mas aun a pocas cuadras de la plaza) son pocos los rincones de este tranquilo pueblo donde se puede apreciar de lejos al otro pueblo mencionado. No se olviden que ya debieran comenzar los trabajos (Se supone) para conectar Santa Juana con Talcamávida, mediante un puente que sigue siendo promesa gubernamental desde un poco antes del año 2009.
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