viernes, 23 de febrero de 2024

Comentario sobre la programación del Festival Viña 2024: Ni siquiera la salida de Peso Pluma ha incentivado mayor diversidad en la parrilla

 

  Para las últimas dos ediciones del Festival Internacional de la Canción (2023 y 2024) ha surgido una preocupante polémica, en torno a la evidente preponderancia del Género Urbano. Esto ha transgredido una de las cualidades históricas del evento musical veraniego, como fue la diversidad en estilos musicales. Siempre se decía que en tiempos pasados (Sobre todo en los 80’s) este festival tenía mejor calidad, no sólo porque los cantantes más connotados del mercado musical se presentaban en este escenario sino también porque la programación satisfacía a una gran variedad de preferencias.

Con el transcurso del tiempo, los jóvenes siempre tuvieron cabida en el festival con la diferencia de que era con suerte 1 o 2 músicos por año. Y se entendía que se invitaba al cantante o banda con más méritos para presentarse en la Quinta: calidad musical, un mínimo de experiencia, nivel de popularidad previo a nivel internacional (o a nivel local en caso de ser chileno), cantidad de discos vendidos, etc. 



 Es verdad que en el último tiempo, el Género Urbano es parte de la nueva moda (pasado el 2020) pero también es importante separar las cosas. Pues no es lo mismo invitar a un sólo artista urbano que traer 6. Al menos si solo bastaran con Manuel Turizo darían cabida a otros estilos que hoy son ninguneados como el K-Pop, el pop anglo o la Música Dance-Electrónica. Imagínense que se ha dejado de lado a estrellas como BTS, The Weeknd, Bruno Mars, Amar Azúl, Santiago Cruz, María José Quintanilla, Lasso, G.I.T, Virus, por solo nombrar algunos. Si se fijan ninguno de estos músicos presentados tocan Trap o Reggaetón, no siempre debemos girar en torno al Estilo Urbano ¿No lo creen?

También llama bastante la atención como esta tendencia se repite, pues para el año anterior 2023 era completamente lo mismo. Si hacemos un poco de memoria, se presentaron 8 artistas del Género urbano, 1 de la música chilena, 1 romántico, 1 del rock latino y 1 del pop latino. ¿Se fijan? Además esto coincide con el período alcaldicio de la frenteamplista Macarena Ripamonti, como primera autoridad comunal en Viña del Mar, y es que tras asumir al cargo en 2021 sólo se han hecho dos festivales (Recordando que en 2021 y 2022 no se hicieron, por pandemia). 



La gente ya está notando que (posibles) influencias de la joven alcaldesa tendrían algo de responsabilidad en la programación. ¿Dónde están las señales? En la forma de como automáticamente encontraron el reemplazante de Peso Pluma para la última noche del Festival. En definitivo, el comité organizador decidió traer al cantante urbano argentino “Trueno” y con eso continúa el predominio del Género Urbano aun con la salida del polémico narcosolista. No hubo ningún cambio, y eso de alguna manera fue incómodo porque se margina así a otros estilos que también merecen estar presente en un evento musical que históricamente fue... ¿diverso? ¡Cuento corto!, tanto Peso Pluma como Trueno son artistas del Género Urbano.  Pecaron de tercos.
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Ahora, entiéndase que nadie ha dicho estar en contra de que el Reggaetón o el Trap brillen en la Quinta Vergara, simplemente se pide que ajusten un poco más la balanza. No es casualidad que en el último tiempo muchos (en Redes Sociales) emiten comentarios despectivos, como que no verán el festival porque prefieren ver una película, o que se lo pierden sin falta. Son críticas espontáneos contra un evento que de cierto modo perdió brillo.

La desvalorización va mas allá de la columna publicada por Alberto Mayol (En Enero 2024) alertando de posibles nexos que Peso Pluma tendría con narcocarteles mexicanos, esto coincide con una serie de fenómenos sociales que ocurren en el país (durante los últimos años) y develan consigo una crisis moral. Se suman el Estallido Social del 2019 y sus secuelas, la supuesta traición del gobierno de Boric con un pueblo “invisibilizado” que confió en su programa, la intención refundacional con el lema “Chile cambió” y sobre todo la crisis de inseguridad que aun deja heridas en la ciudadanía. 



Es cierto también que un cantante sólo sube al escenario para entonar música, y no precisamente para pescar un arma de fuego con tal de disparar al público. Tendría que ser literalmente un demente para hacer semejante cosa. Pero algunos critican la preponderancia del estilo urbano dado el contenido, el discurso y el mensaje que allí se transmite, independiente de la intencionalidad que pudiera tener el cantante (Si es que está a favor, o bien critica el narco), eso es algo que la gente no siempre dispone de tiempo para analizar porque simplemente quiere escuchar música, no estudiarla. Hay veces en que la gente llega del trabajo cansado para reposar en la cama, y es ahí el momento para reírse (no para ejercitar neuronas). 
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 Finalmente cabe concluir que da muchísima pena como un sector de la población está empoderándose de un espacio musical que debiera convocar a todo un país, es por eso que antes el Festival era mucho más inclusivo con todos los gustos. Y en verdad no es sano leer por X (ex-Twitter) como algunas personas bromean u opinan críticamente contra el festival, también es cierto que en gustos no hay nada escrito pero estas posturas ya son cada vez más recurrentes (incluso son muchos más quienes opinan así).

Agradezcan que aun no hemos dicho nada acerca de los humoristas, donde los nuevos valores que se buscan implantar también está modificando el real significado de lo que es “reír con chistes”. Saque sus conclusiones. - 




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