Daniel y Rubén se encontraron un día en la plaza. Por esas cosas de la vida, se pusieron a hablar de política.
Rubén:- Estamos mal con la delincuencia en este país
Daniel:- Si, es cierto-
Rubén:- Pero ¿¡sabes!? para que las mafias existan deben haber adictos. Tu bien sabes que la droga la lleva.
Daniel:- Ajá!
Rubén:- Imagínate que en todas las noches, hay gente en la esquina esperando a quien vender. Igual reconozcamos que la falta de empleo hace que esta gente arriesgue su libertad, a cambio de dinero fácil.
Daniel:- ¿Sabes que? La solución a todo este flagelo, es un gobierno socialista
Rubén:- ¿Queee?? Jua ja ja, ¡yaaaa....ja ja!....¡¡deja de delirar hombre!! El socialismo es un completo fracaso, mira como tuvimos un presidente quien lejos de solucionar los problemas de la gente empezó a apitutar a su gente. Estos comunachos operan como una secta no más poh'
Daniel:- Si, pero con el socialismo ayudaremos a esta gente que se pone en las esquinas a vender droga
Rubén:- ¿Cómo? ¿A ver? ¿A que sus hijos tengan educación de calidad? ¿A que accedan a mejores puestos de trabajo?
Daniel:- Mira, con el socialismo habría una medida que no sólo los ayuda a ellos...también nos ayudaría a nosotros como país-
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Rubén:- Pero cuenta poh hombre, ¿Cuál es esa medida?
Daniel:- Bueno, los pasteros empezarían a formar su sindicato por ejemplo.
Rubén:- Ja ja ja ja....weón estupido. Que disparate es ese ja ja jua!
Daniel:- Si poh, los traficantes tendrían sus propias vacaciones pagadas, así tendríamos al menos dos fines de semana en el año sin carreras clandestinas y sin gente rara en las calles. ¿Qué te parece? No tendrían motivos para madrugar.
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