Una familia arrendaba una pequeña pieza a otra pareja de convivientes más jóvenes, y vivían al lado.
De repente un cabro de 17 años se las pasaba en la pieza escuchando música coreana, pero a alto volúmen y hasta altas horas de la noche. Sonaba la puerta y era la mamá quien le hablaba para que....bajara el ruido.
Mamá:- Hijo
Cabro:- ¿Si mami?
Mamá:- Baja el volúmen de tu música, ya son las dos de la mañana
Cabro:- Bucha mami, no seay fome, no es culpa que no te guste la música coreana
Mamá:- Acuérdate que al lado hay arrendatarios, ¿me bajas el volúmen? ¿o no te paso más plata para el Whatsapp?
Cabro:- Ya poh
Mamá:- Buenas noches
Entonces el chiquillo bajaba el volúmen de la música, cuando pescaba una revista. De repente sentía desde al lado unos ruidos bien peculiares.....los arrendatarios estaban en sus momentos íntimos.
El cabro no lo toleraba, porque esos sonidos lo desconcentraban. Entonces rompiendo con el reglamento de la mamá, volvía a subir el volúmen de la música.
La mamá volvía a la puerta, golpeaba. El chico no bajó el volúmen, pero igualmente abría.
Cabro:- ¿Si?
Mamá:- ¿Que te dije con respecto a la música?
Y el niño en vez de decir que los vecinos tenían relaciones, decía otra cosa.
Cabro:- Mami...los vecinos están haciendo la media fiesta, te quería hacer caso pero lo más bien que meten ruido.
Mamá:- ¡Chuta! ¡Hagamos algo! A las cuatro te acuestas, ¿ya?
Cabro:- Si mami, buenas noches
-
Días después
El mismo joven venía llegando a la casa, lo habían mandado al negocio a comprar el pan, cuando de repente se le acerca la hermana.
Hermana:- Daniel
Cabro:- Dime Feña
Fernanda (Hermana):- Oye, ¿supiste la última?
Y Daniel entraba a la casa.
Daniel (Cabro):- No, ¿que onda?
Feña:- Los arrendatarios se van la otra semana de la casa
Daniel se alegraba con la noticia, ya que eso no sería más un impedimento a escuchar música durante la noche en la pieza. Tendría....algo más de libertades.
Daniel:- ¿La dura?
Feña:- Si
Daniel:- Vale feñita, te quiero mucho. Me alegraste el día
Feña:- ¿Ah?
-
Días después
Daniel estaba haciendo su once bastante contento y alegre, casi con el sentimiento de que se hubiera ganado el Kino.
De repente se le acerca la mamita
Mamá:- ¿Y tú? Estás muy contento
Daniel:- Si mamita, la vida es bacán
Mamá:- ¿Encontraste polola?
Daniel:- No sé si tanto como eso, pero es otra cosa....¿es verdad que los arrendatarios se van?
Mamá:- Si, ¿quien te dijo?
Daniel:- La Feña. Lo dijo el otro día
Mamá:- Bien, sobre eso mismo....hay otra cosa que debes saber
Daniel:- ¿Quieres que te ayude a buscar nuevos arrendatarios?
Mamá:- No te hagas problema chiquillo, podrás aportar con otra cosa
Daniel:- Dime
Mamá:- Tu papá te acaba de desocupar la bodega del entretecho, pesca todos tus cosas de la pieza y te cambias allá
Daniel:- Qué?
Mamá:- Como oíste. Yo no quiero que tú me caguis' el negocio de los arriendos con tu música en la noche. Así que para prevenir, te vas de la pieza.
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