14 de Febrero: Una fecha romántica con origen histórico en la clandestinidad, y en resistencia contra la represión del Imperio Romano

 

Si buscamos en nuestro calendario la fecha “14 de Febrero”, dice clarito en su santoral “San Valentín” ¿No cierto?. Popularmente lo asociamos con el día de los enamorados, aunque hoy las mentes mas inclusivas y altruistas quieren ampliar el significado como “el día de la amistad”. Esto en el entendido de que el amor abarca a muchas cosas, no solo a la relación de pareja (Que quedó instalado por siglos dentro de la más tradicional heteronormalidad).  

El orígen de esta conmemoración es netamente católica, y es en honor a un antiguo sacerdote denominado “Valentín de Roma”.

No es que este personaje haya sido el galán de una antigua historia de amor ¡No fue así! Sino que más bien cumplió aquí un rol de cupido. En términos concretos, aquel casaba en secreto a varios soldados romanos (con sus respectivas parejas) y aquello pasó en un momento en que estaba prohibido realizar casamientos, porque el emperador Claudio II simplemente quería a sus hombres para la guerra. 

Entonces Valentín transgredió dicha norma caprichosa, que había sido dictada por la máxima autoridad romana. 

Este personaje “rebelde” vivió entre los años 175 d.C. y 269 de nuestra era, cuando el cristianismo aun fue perseguido por Roma. Recuerden que el primer paso para su legalización ocurriría tiempo después, en el año 315.

Como era predecible, este antiguo obispo terminó siendo decapitado. Una manera de ejecución bastante idéntica a la que fueron sometidos anteriormente Jesús, San Pedro, San Pablo y San Sebastián (Entre muchos otros personajes de la historia católica).

Así fue como Valentín fue considerado como el patrono de los enamorados. 

Finalmente cabe mencionar la razón del porque la Iglesia eligió el 14 de Febrero para conmemorar el día de los enamorados. Antiguamente se asociaba a esa fecha como el momento en que los pajaritos empezaban a procrear (en el Hemisferio Norte), y eso sería un anticipo para una venidera llegada de la primavera principalmente en Europa. Algo que no tiene nada que ver con el cono sur, mucho menos con Chile. ¡En fín!